DYBALA

Me gustaría tirar una pared con Riquelme

Me gustaría tirar una pared con Riquelme
ole.com.ar
¿Cuánto sabes de Riquelme?

La Joya de la que habla el mundo aún tiene el sueño de jugar con su ídolo y poder conocer la Bombonera. El recuerdo de Chancho (su papá), la familia dividida por Boca y River, el llamado de Tevez y la camiseta de Buffon... Imperdible.

'Era un día de semana. Yo tenía que entrenar ahí en mi pueblo, con mis amigos, en Sportivo Laguna Larga. Pero cuando me estaba cambiando, mi viejo me dijo que ese día no iba a practicar. Que me iba a llevar a una prueba a Córdoba capital, a Instituto. Para mí era mucho. Ir de un pueblo a una ciudad tan importante... Lo abracé fuerte. Muy fuerte. Me acuerdo como si fuera hoy. Ahí empezó todo...”.

Paulo Dybala se emociona. Casi que no importa la fecha. Esa imagen, ese momento, para él está latente. Siempre. Y hoy, cuando todo el mundo del fútbol habla de él, de sus dos goles al Barsa por la Champions, del heredero del trono de un tal Lionel Messi, ese sentimiento se refleja más que nunca... “Mi viejo jugaba de cinco. Le decían Chancho porque era muy sucio, muy rústico, jaja. No llegué a verlo jugar. Pero sí compartimos algunos picados en el pueblo”.

Adolfo falleció cuando la Joya cordobesa tenía 15 años y, lógico, recién daba algunas señales de futuro prometedor. “Una vez, de vacaciones, en un picado con gente más grande, uno me pegó fuerte... ¡Para qué! Mi viejo casi lo mata. ‘¿Vos estás loco, no ves que es un pibe?’. Se calentaba mucho cuando me daban, je”.

Esta charla con Olé fue hace un tiempito, pero su historia no tiene fecha de vencimiento. Ese Dybala que visitó el diario es el mismo pibe de 23 años que el martes encandiló al planeta de la pelota en Turín. Su esencia, su frescura, sus ídolos no cambian. Tampoco sus recuerdos.

-¿Ahí ya eras enganche?

-En mi pueblo jugaba de wing por izquierda, tipo Fideo (Di María), porque en realidad se jugaba con tres delanteros. Pero después, cuando empezamos a jugar en AFA, a los 15 años, pasé a jugar de enganche. Seguí así hasta los 17.

-¿Y quién te puso de 9?

-Antes de jugar en la Primera de Instituto, fue Francisco Buteler el que me ubicó detrás del 9, así como juego en la Juve. Y cuando llegó Darío Franco, me puso de 9 falso. Recuerdo la primera práctica: armó una delantera con López Macri, Pablo Burzio y yo.

-¿Y le pelearon el ascenso a River?

-Sí, nadie imaginó que esa delantera de pibes iba a hacer 70 puntos en la B Nacional. No nos alcanzó para ascender. Perdimos la Promoción con San Lorenzo. Pero en ese torneo jugué casi 40 partidos de 9.

-Igualmente, tu ídolo era un enganche...

-Sí, Riquelme. Ya en las Inferiores lo miraba por la tele y me encantaba. Pero nunca lo pude ver en vivo, nunca pude conocerlo.

-¿Te gustaría?

-Sí, obvio. Una vez hablé con el hermano para conocerlo. Algún día se dará. No tengo dudas.

-Quizás te invite a su despedida, en la Bombonera...

-A la Bombonera nunca pude ir todavía. Una vez estuve a punto, tenía todo listo, pero me tuve que volver a Turín a pedido de la Juve. Ojalá, no sé. Al menos me gustaría tirar una pared con Riquelme algún día... O tirarle una diagonal, jeje.

-¿En tu familia son todos de Boca?

-Todos, todos, no. Riquelme era el ídolo de mi viejo y el mío. Mi vieja y mi hermano más grande tenían otros ídolos porque ellos miraban los partidos de River, je... Y mi hermano del medio es de Independiente. Sí, está bastante repartido. Pero todos somos de Instituto, eh. Ojo.

-¿Y ahí, en Instituto, a quién mirabas?

-Yo iba a la cancha y había muchos jugadores que me gustaban. Estuve siete años en el club. Miré mucho a Raymonda, por ejemplo. O al Kily Peralta... Pero yo siempre tuve a Riquelme ahí arriba. Eso no me lo saca nadie.

-A la Juve, incluso, fuiste para jugar con otro ídolo de Boca: Tevez.

-Sí, cuando se comunican por primera vez, mientras estaba en Palermo, ya no tenía dudas de que quería jugar en la Juve. Y ni hablar cuando me llamó Carlitos.

-¿Qué te dijo?

-Que sabía que la Juve estaba interesada fuertemente y que él me quería. Yo lo primero que hice en ese momento fue preguntarle si se quedaba o no, porque se decía que yo iba a tapar su hueco. Y en realidad, más que eso, mi deseo era jugar con él.

-Pero al final se fue.

-Sí, en ese momento me dijo que no sabía qué iba a pasar con él. Entonces, mi decisión fue ir a la Juventus igual. Resulta que él luego volvió a Boca.

-Encima, el día de tu debut en la Selección reemplazaste justo a Tevez.

-Sí, fue así. Pero bueno, ahí me di el gusto de compartir equipo. A Carlitos todavía lo quieren mucho en la Juve, por todo lo que dio. Es más, la gente trasladó hacia mí un poco de ese cariño que le tenían a él.

-¿Se vive bien en Turín?

-Muy tranquilo. Tal vez en el Sur la gente es más apasionada, como en Argentina. Pero en Turín todo se vive con más calma. Te piden fotos, pero son más de esperar los momentos... Si estás cenando aguardan a que termines.

-¿Podés caminar por la ciudad sin problemas?

-Sí. sí. Por ejemplo, yo vivo en el centro y a la noche me gusta salir a caminar. Y la gente te ve, algunos te frenan, pero la mayoría te saluda nada más. También es cierto que en la ciudad hay muchos hinchas del Torino, je. La Juve es más a nivel nacional.

-¿En Palermo era diferente?

-Un día me pasó algo particular. Después de firmar para la Juve, a los dos meses volví a Palermo porque extrañaba a mis amigos de allá y a la ciudad. Entonces, fui a visitarlos. Y como casi siempre hace calor ahí, un día fuimos a la playa y cuando salí del mar tenía a toda la gente esperándome en la orilla, je. Me tuve que ir...

-¿En Italia seguís el fútbol argentino?

-Cuando puedo, sí. Es difícil porque algunos partidos los tengo que agarrar por Internet. No los pasan a todos. Y menos a Instituto. También la diferencia horaria complica: si es muy tarde, al otro día entreno...

-En este tiempo en Europa, ¿qué camiseta que querías tener pudiste cambiar y cuál te falta?

-Mi sueño era tener la de Buffón, que ahora juega conmigo. La primera vez que lo enfrenté, apenas terminó el partido lo encaré, pero me frené. “¿Qué hago? ¿Se la pido o no?” Y al final me inhibí. La segunda vez que lo encontré me pasó lo mismo. Y la tercera me decidí: “¿Me la cambiás?”, le dije. Y me dijo que sí. Fue inolvidable.

-¿Te pasó con otro?

-Con Pirlo. Aunque con él sí me animé y se la pedí de una. Resulta que ya la había prometido a un compañero y me dijo que no... Pero como vio que ese compañero la estaba cambiando con otro, me llamó y me la dio. Esa la tengo en un cuadro, en casa.

-Qué loco. Ahora la 21 la usás vos...

-Sí, yo venía usando siempre la 9. Y cuando llegué a la Juve, la tenía Morata. Como no sabía qué número elegir, el club me ofreció la de Pirlo, que se iba...

-Fuerte.

-Imaginate. Allá agarrar la 21 es peor que la 10... Encima Zidane y Thuram también habían usado esa camiseta. Pensé en agarrar un número más tranquilo, pro después me animé. Y por suerte va todo bien...

-¿Algún groso te pidió una camiseta a vos?

-En Palermo no se daba tanto, cambiaba más yo. Ahora me la piden más seguido. Y es lindo. Igual, me pasa que los rivales me piden a mí la camiseta de Buffón. Yo voy y le digo, pero él nunca tiene, ja. Y es lógico, es un monstruo, cambia dos por partido...

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