Un Boca arrasador que no tiene contra

Seis partidos jugados, seis ganados, la delantera más goleadora, la defensa menos vencida, seis puntos de ventaja sobre sus inmediatos perseguidores, el mejor arranque de torneo de su historia, todo le sonríe a este Boca que mira al resto desde muy arriba.

Y en ese contexto, de cara a lo que viene, la gran incógnita es saber quien puede parar al equipo del Mellizo, que por ahora los va poniendo en fila, sacándoselos de encima con una superioridad manifiesta.

En la búsqueda de respuestas inmediatas, y sin menospreciar a Belgrano que irá a La Bombonera en la próxima jornada, el camino del xeneize parece allanado, al menos hasta la octava fecha, cuando chocará con el primero de los denominados “grandes”, nada menos que River, en el Monumental.

Pero claro, en ese momento habrá que ver que ocurre con el Millonario, en esa doble apuesta que hoy tiene como prioridad, entre Copa Argentina y Libertadores, aunque de todos modos, más allá del equipo que ponga en cancha, seguramente será un adversario complicado, por categoría, escenario e historia.

Es más, a partir del Superclásico el xeneize se encontrará con la seguidilla más exigente, porque luego recibirá a Racing, otro “grande”, de local; y visitará a Rosario Central, único equipo que lo pudo vencer (Copa Argentina) en lo que va de la temporada.

Después recibirá a Arsenal y cerrará el año, en la duodécima fecha, contra Estudiantes, de visita; quedando quince jornadas desde el arranque de 2018, donde seguramente cambiará el panorama xeneize, porque allí deberá jugar al mismo tiempo la Copa Libertadores, su máximo objetivo.

Por ese motivo, hablar de supuestos “enemigos”, a esta altura del torneo, parece apresurado, no sólo teniendo en cuenta que son 27 fechas, sino también porque dependerá de lo que estén jugando paralelamente en su momento.

Hoy, por ejemplo, aunque no se lo cruce hasta el 2018, un competidor potencial de Boca es San Lorenzo, que al igual que el xeneize está abocado sólo al torneo local y en plena levantada. Habrá que ver que sucede con Independiente y Racing en su prioridad de Sudamericana; con Lanús y la Libertadores; y después tener en cuenta a otro equipos, sin tanto presupuesto, pero bien armados desde lo futbolístico, como Colón, Banfield, Unión y Talleres, entre otros.

En fin, la cuestión es que hoy la suerte de Boca parece depender de si mismo, de poder disimular la ausencia de una pieza clave como Fernando Gago, de fortalecer su defensa y de potenciar toda la jerarquía que despliega del medio hacia arriba. Y si hace falta una mejor medida para saber de su potencial, la misma se dará a partir de esa serie que arrancará nada menos que en el Monumental.