La increíble historia del hincha que se disfrazó de fotógrafo para abrazar a Riquelme en la Bombonera
juanromanriquelme.com
CURIOSIDADES
date 12/09/2025

La increíble historia del hincha que se disfrazó de fotógrafo para abrazar a Riquelme en la Bombonera

La Bombonera ha sido escenario de miles de historias que parecen sacadas de una película. Algunas tienen que ver con goles inolvidables, otras con títulos eternos, pero también están esas anécdotas que reflejan mejor que nada lo que significa ser hincha de Boca Juniors: la pasión sin límites.

Una de las más recordadas ocurrió en 2007, cuando un simpatizante xeneize, en un acto de osadía y amor puro, se disfrazó de fotógrafo para meterse en la cancha y cumplir su sueño: abrazar a Juan Román Riquelme, el ídolo máximo de su vida.

El contexto: el regreso de Riquelme

En aquel año, Boca vivía un momento especial. Riquelme había regresado al club tras su paso por el Villarreal de España y se encontraba disputando la Copa Libertadores 2007. El enganche era el corazón del equipo de Miguel Ángel Russo y el motor que impulsaba a Boca hacia la gloria.

La Bombonera vibraba cada vez que Román pisaba el césped. El 10 era la bandera futbolística y emocional de millones de hinchas, y verlo nuevamente con la camiseta azul y oro era motivo de devoción absoluta.

En ese marco de fervor, un hincha decidió que ver a Riquelme desde la tribuna no era suficiente. Tenía que estar cerca, aunque fuera por unos segundos.

El plan del hincha

El protagonista de esta historia era un joven simpatizante que, con ingenio y audacia, ideó un plan que parecía imposible: colarse en el campo de juego disfrazado de fotógrafo.

Sabía que los fotógrafos podían moverse por los bordes de la cancha, mezclados entre la seguridad y los periodistas acreditados. Así que consiguió un chaleco similar al que usaban los reporteros gráficos, cargó con una cámara vieja colgada al cuello y esperó el momento justo.

El partido era por la Copa Libertadores en la Bombonera, un escenario donde el control era estricto, pero la multitud y el clima de euforia jugaron a su favor.

El momento mágico

En un instante que nadie olvida, el hincha logró sortear a los controles y se acercó a Riquelme. En lugar de sacar fotos, lo que hizo fue correr hacia su ídolo y fundirse en un abrazo eterno.

Román, sorprendido pero con la serenidad que lo caracterizaba, sonrió y correspondió el gesto con calma. El hincha lloraba de emoción mientras la seguridad tardaba en reaccionar. No era un invasor violento, no era alguien que quería interrumpir el juego: era simplemente un bostero que había encontrado la forma más arriesgada de decirle gracias a su ídolo.

La imagen dio la vuelta al mundo: un joven con chaleco de fotógrafo, abrazado al 10 de Boca en plena Bombonera. Una postal que sintetiza lo que significa la pasión azul y oro.

La reacción de Riquelme

Después del partido, Riquelme fue consultado por el episodio. Fiel a su estilo tranquilo, el 10 minimizó lo ocurrido y declaró:

“El hincha de Boca es especial. Hizo lo que todos quisieran hacer. No pasó nada, sólo me abrazó y listo”.

Esa respuesta desató aún más cariño entre los simpatizantes, porque Román entendió que no se trataba de una falta de respeto, sino de un acto de amor puro.

Una anécdota que quedó en la historia

Con el paso de los años, esa escena se convirtió en parte del anecdotario xeneize. Muchos hinchas recuerdan al joven anónimo como un símbolo de lo que significa Boca: pasión desbordante, locura hermosa y amor incondicional.

El episodio también abrió el debate sobre la seguridad en los estadios, pero para los hinchas fue algo mucho más simple: un momento único que quedó grabado para siempre en la memoria colectiva.

Boca campeón y Riquelme figura

El 2007 terminaría de la mejor manera: Boca, de la mano de Riquelme, conquistó la Copa Libertadores venciendo a Gremio en la final. El 10 fue el jugador más determinante del torneo y tuvo actuaciones legendarias, especialmente en los dos partidos decisivos en Porto Alegre y en la Bombonera.

En medio de ese recorrido triunfal, la historia del hincha disfrazado de fotógrafo quedó como una anécdota simpática, una prueba más de que cuando Boca juega, la Bombonera late y todo puede suceder.

El fútbol sin pasión no tendría sentido, y Boca Juniors es el club que mejor lo representa en el mundo. La anécdota del hincha que burló la seguridad para abrazar a Riquelme refleja la esencia del pueblo xeneize: el amor por sus ídolos no tiene límites.

Ese joven tal vez nunca pensó que pasaría a la historia, pero lo hizo. Con un simple abrazo demostró que, en Boca, las emociones no se controlan: se viven con el corazón.

Y como dijo Román aquella vez, tal vez muchos hinchas lo pensaron en silencio: “Hizo lo que todos quisieran hacer”.

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