El inolvidable debut de Diego Maradona en Boca Juniors en 1981: la tarde en que la Bombonera se rindió al 10
juanromanriquelme.com
CURIOSIDADES
date 14/09/2025

El inolvidable debut de Diego Maradona en Boca Juniors en 1981: la tarde en que la Bombonera se rindió al 10

El 22 de febrero de 1981 no fue un día cualquiera para el fútbol argentino. Ese domingo, Diego Armando Maradona debutaba oficialmente con la camiseta de Boca Juniors en la Bombonera. Lo que ocurrió en aquella tarde contra Talleres de Córdoba se transformó en una de las jornadas más recordadas por los hinchas xeneizes, que desde entonces adoptaron al “Pelusa” como uno de sus ídolos eternos.

No era solo un partido de campeonato: era el inicio de un romance entre Maradona y Boca que quedaría grabado en la historia.

El contexto: la llegada de un sueño

A principios de 1981, Boca Juniors atravesaba una situación particular. El club no tenía un poder económico enorme, pero soñaba con darle a su gente una alegría que trascendiera lo deportivo.

Diego Maradona, que en ese momento jugaba en Argentinos Juniors, era la gran figura del fútbol argentino. Tenía apenas 20 años, pero ya era considerado un genio y se sabía que pronto daría el salto a Europa. Sin embargo, su deseo era claro: quería jugar en Boca antes de emigrar.

Con un ingenioso acuerdo económico —que incluyó la participación de un empresario—, Boca logró cerrar la operación y presentar a Maradona como su flamante refuerzo. La noticia revolucionó al país y la expectativa por su debut era inmensa.

La Bombonera desbordada

El domingo 22 de febrero, la Bombonera se vistió de fiesta. Más de 60.000 hinchas colmaron el estadio, con banderas, papelitos y un grito incesante: “¡Marado, Marado!”.

La sensación era que ese día no se jugaba un partido más: era el inicio de una era. La llegada de Diego significaba esperanza, ilusión y orgullo para el pueblo bostero.

Los rivales eran Talleres de Córdoba, un equipo respetable y con buenos jugadores, pero aquella tarde poco importaba el rival. Todas las miradas estaban puestas en el número 10 de Boca.

El partido del debut

A los 22 minutos del primer tiempo, se produjo la primera explosión de la tarde. Tras una jugada dentro del área, el árbitro sancionó penal para Boca. La multitud comenzó a gritar el nombre de Diego, y el propio Maradona tomó la pelota.

Con tranquilidad, el “Pelusa” definió fuerte y cruzado. El arquero no tuvo chances. Gol de Boca, gol de Maradona. La Bombonera estalló como pocas veces en su historia.

Diego levantó los brazos, sonrió, y fue abrazado por sus compañeros. Los hinchas lloraban, gritaban y festejaban como si fuera una final. Era el gol del debut soñado, la confirmación de que Diego había nacido para vestir esa camiseta.

El partido terminó 4-1 a favor de Boca. Maradona marcó dos goles y fue la figura indiscutida del encuentro. La prensa del día siguiente lo describió como un debut de película, y los hinchas ya sabían que estaban frente a algo único.

La frase que quedó para siempre

Después del partido, Maradona declaró:

“Cuando salí a la cancha y escuché a la gente, se me erizó la piel. Sentí que había llegado al lugar donde siempre quise estar”.

Esa frase quedó grabada en la memoria de los hinchas, porque expresaba con claridad lo que significaba Boca para Diego: mucho más que un club, una pasión de toda la vida.

El campeonato de 1981

La llegada de Maradona potenció a un Boca que ya contaba con figuras como Miguel Brindisi, Hugo Perotti y el “Vasco” Olarticoechea. El equipo dirigido por Silvio Marzolini desplegó un fútbol de alto vuelo y terminó coronándose campeón del Metropolitano 1981.

Ese título, con Diego como estandarte, es uno de los más recordados de la historia del club. No solo por lo deportivo, sino porque marcó la unión definitiva entre Maradona y Boca.

El legado del debut

Aunque Diego solo jugó una temporada en esa primera etapa en Boca (luego se marcharía al Barcelona), su paso dejó huella imborrable. Ese debut en 1981 fue la chispa inicial de una relación de amor eterno entre Maradona y el pueblo bostero.

Con el paso de los años, cada vez que volvió a la Bombonera —ya como ídolo mundial—, el recibimiento fue el mismo: ovaciones interminables, lágrimas, cantos y un sentimiento de pertenencia que trascendió generaciones.

El debut de Diego Maradona en Boca no fue solo un partido de fútbol. Fue el comienzo de una historia de amor entre el jugador más grande de todos los tiempos y el club más pasional del mundo.

Aquella tarde de 1981, la Bombonera no solo vio a un futbolista debutar: presenció el nacimiento de un vínculo eterno que, hasta hoy, sigue emocionando a los hinchas.

Porque Diego y Boca son sinónimos. Y ese primer abrazo entre el 10 y su gente, ese gol de penal que hizo estallar el estadio, sigue siendo uno de los recuerdos más felices de la historia xeneize.

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