Guillermo puso a Benedetto de titular y acertó

Darío Benedetto se pasea por la cancha, pero no encuentra el lugar. La pelota no le llega, pero el tampoco se mete en el juego colectivo. Se nota que le falta. Dos semanas después de aquel apático partido ante Rosario Central -y sus tres goles en 50 minutos ante Palmeiras para asegurar el pase a la final de la Copa Libertadores-, el Pipa volvía a ser titular contra Tigre. Justo a una semana del encuentro decisivo con River. El resultado es diametralmente opuesto a aquel ante el Canalla.

Está claro que la decisión de Guillermo Barros Schelotto de ponerlo entre los once ante el Matador tenía que ver con ratificar el buen momento que arrancó en la ida ante el Verdao. Darle rodaje para que no se estanque, para que siga agarrando confianza. Y por segunda vez desde que volvió de su lesión, Benedetto logra completar el gran nivel más de un tiempo (el primero siendo aquel cruce en Pataguay ante Libertad).

Movedizo, se comprometió con el juego, generó la jugada del empate -pique al espacio y asistencia con exigencia física- y otras dos situaciones claras: una pared con Zárate, cuyo remate salió apenas desviado, y otra que el mismo definió de emboquillada pero que se fue pegada al palo. Fueron 65 minutos en buen nivel antes de sentarse en el banco y asegurarle el DT que la arriesgada apuesta le salió bien.