Y llega Guillermo...

Siempre candidato a ponerse el buzo, la cosa pasa a tener otro tinte en esta ocasión para Guillermo Barros Schelotto ante la fragilidad en el puesto de Rodolfo Arruabarrena. No sólo por las ganas o por el enorme consenso que coexiste entre el público Xeneize y la dirigencia, sino porque las circunstancias realmente se tornan cómplices. Y en este momento, su figura comenzó a tomar mucha más fuerza. Porque la goleada que San Lorenzo consiguió ante Boca (más la consecuente coronación en la Supercopa Argentina) fue la eventualidad que puso en jaque (aún no mate) al Vasco. Y, pese a que se reunió con el presidente Angelici y logró convencerlo de mantenerse al frente del primer equipo, la mano no pinta muy celeste para el aún DT del club de La Ribera.

Así, el nombre de Barros Schelotto comenzó a ganar protagonismo en las últimas horas. Sí: con Arruabarrena en la cuerda floja, el ex delantero ya está en boca de toda la esfera boquense -valga la redundancia- e, incluso, se baraja y se considera su estampa para tomar la posta que podría dejar el actual entrenador. El Mellizo dirigió recientemente en Europa: estuvo al frente del Palermo de Italia durante cuatro partidos (una victoria, dos empates y una derrota) y renunció porque la UEFA no le reconoció su licencia de técnico ya que no acumulaba los cinco años ejerciendo la actividad a nivel profesional que exige la entidad.

Así, con Guille sin club y con Arruabarrena contra las cuerdas, complicado en su intención de enderezar el rumbo del equipo, Boca se prepara para recibir al duro Atlético Tucumán, que viene de ganarle a Racing y que puede terminar siendo un punto de inflexión en la situación. Siempre candidato, Barros Schelotto podría llegar al mismo club en el que alcanzó la gloria en más de una oportunidad como jugador. ¿Será su hora como entrenador?