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SCHELOTTO

En un contexto raro, como apagado, aceptable debut
El marco vacío fue la frutilla a un momento del club extraño. Despedir de esa manera a un DT que brindó dos títulos hace un par de meses es cuestionable, no más que el manoseo de la dirigencia a un hombre de la casa.
Ahora, con el ídolo Mellizo, las expectativas se renuevan. Que el domingo sea el gran puntapié inicial del nuevo ciclo
La desolada Bombonera no hizo más que enmarcar el enrarecido presente que se vive en la institución. Lejos de los problemas de vestuario, internas de plantel o temas políticos habituales en un club tan grande como este, Boca encaró este encuentro ante Racing en un contexto muy raro, producto de decisiones erróneas –una vez más– de los dirigentes.
Porque si bien nadie discute que el equipo de Arruabarrena hace tiempo no se entendía a qué jugaba; de hecho, a decir la verdad, pese a los dos títulos logrados nunca se encontró el mejor nivel, el Vasco no merecía irse de la manera en que se fue. Y si había un momento en que el ciclo debía romperse era post derrota ante Atlético Tucumán, luego de la durísima derrota ante San Lorenzo. No luego y como se dio. Pero no. Eligieron 'respaldarlo' falsamente para luego en el primer traspié sorprenderlo con un despido que, repito, debió suceder antes.
Incluso en diciembre, porque le renovaron sin estar convencidos. Porque más que obvio era que esta dirigencia no estaba conforme con el cuerpo técnico, pero como había sucedido en el pasado con Carlos Bianchi no se lo dijeron en el momento oportuno. Y cuando lo hicieron, fue manoseándolos y exponiéndolos de la peor manera. Justo a dos hombres tan importantes en la historia de Boca. Porque no hace falta decir lo que es el Virrey para Boca, como tampoco un señor y hombre de la casa como el Vasco, campeón como jugador y que nos brindó dos títulos.
Más allá de este modus operandi reprochable de la dirigencia, la elección de Guillermo Barros Schelotto fue más que acertada. Es, sin duda alguna, el hombre mejor preparado para dirigir el equipo en la actualidad. Ídolo, campeón de todo con Boca, que conoce los pasillos como nadie y con una experiencia previa muy satisfactoria dirigiendo a Lanús.
Además, con el temperamento y personalidad necesaria para afrontar un momento de crisis del equipo, que cuenta con muchos caudillos y líderes cuestionables por sus flojos rendimientos deportivos. Por eso, bienvenida sea la llegada del Mellizo, pese a que la manera no fue la indicada, porque no sólo le faltaron el respeto al Vasco sino al propio Guille, quien debió asumir en un presente muy incómodo.
Del debut de la era Guillermo ante Racing mucho no se podrá hablar. Apenas un entrenamiento para imponer su idea. El resto fue todo de los jugadores, que jugaron un buen primer tiempo, pero que se desdibujaron en el complemento. Que si bien dominaron casi todo el partido, nunca pudieron ser punzantes en los metros finales ni decisivos en las pocas ocasiones que crearon.
Sin embargo, por todo lo expuesto antes, ya sea por el contexto del club y el escenario desolador, el debut no deja de ser aceptable. Se sumó un punto que podrá rápidamente valorarse si de local se ganan los restantes seis y se logra sumar en condición de visitante, ya con más trabajo del nuevo cuerpo técnico.
Se viene el rival de toda la vida y chicanas al margen, ya que de Superclásico tiene muy poco por la amplia diferencia que le llevamos en el historial y sobre todo porque nosotros nunca descendimos, habrá que ganar para dar el gran puntapié.Eso esperamos todos. ¡Ojalá así sea!
Porque si bien nadie discute que el equipo de Arruabarrena hace tiempo no se entendía a qué jugaba; de hecho, a decir la verdad, pese a los dos títulos logrados nunca se encontró el mejor nivel, el Vasco no merecía irse de la manera en que se fue. Y si había un momento en que el ciclo debía romperse era post derrota ante Atlético Tucumán, luego de la durísima derrota ante San Lorenzo. No luego y como se dio. Pero no. Eligieron 'respaldarlo' falsamente para luego en el primer traspié sorprenderlo con un despido que, repito, debió suceder antes.
Incluso en diciembre, porque le renovaron sin estar convencidos. Porque más que obvio era que esta dirigencia no estaba conforme con el cuerpo técnico, pero como había sucedido en el pasado con Carlos Bianchi no se lo dijeron en el momento oportuno. Y cuando lo hicieron, fue manoseándolos y exponiéndolos de la peor manera. Justo a dos hombres tan importantes en la historia de Boca. Porque no hace falta decir lo que es el Virrey para Boca, como tampoco un señor y hombre de la casa como el Vasco, campeón como jugador y que nos brindó dos títulos.
Más allá de este modus operandi reprochable de la dirigencia, la elección de Guillermo Barros Schelotto fue más que acertada. Es, sin duda alguna, el hombre mejor preparado para dirigir el equipo en la actualidad. Ídolo, campeón de todo con Boca, que conoce los pasillos como nadie y con una experiencia previa muy satisfactoria dirigiendo a Lanús.
Además, con el temperamento y personalidad necesaria para afrontar un momento de crisis del equipo, que cuenta con muchos caudillos y líderes cuestionables por sus flojos rendimientos deportivos. Por eso, bienvenida sea la llegada del Mellizo, pese a que la manera no fue la indicada, porque no sólo le faltaron el respeto al Vasco sino al propio Guille, quien debió asumir en un presente muy incómodo.
Del debut de la era Guillermo ante Racing mucho no se podrá hablar. Apenas un entrenamiento para imponer su idea. El resto fue todo de los jugadores, que jugaron un buen primer tiempo, pero que se desdibujaron en el complemento. Que si bien dominaron casi todo el partido, nunca pudieron ser punzantes en los metros finales ni decisivos en las pocas ocasiones que crearon.
Sin embargo, por todo lo expuesto antes, ya sea por el contexto del club y el escenario desolador, el debut no deja de ser aceptable. Se sumó un punto que podrá rápidamente valorarse si de local se ganan los restantes seis y se logra sumar en condición de visitante, ya con más trabajo del nuevo cuerpo técnico.
Se viene el rival de toda la vida y chicanas al margen, ya que de Superclásico tiene muy poco por la amplia diferencia que le llevamos en el historial y sobre todo porque nosotros nunca descendimos, habrá que ganar para dar el gran puntapié.Eso esperamos todos. ¡Ojalá así sea!
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