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El mal de ausencias en Boca
Lo que en realidad está sufriendo Boca es, más allá de los méritos de Racing y de Central, una epidemia de lesiones y suspensiones.
Pero nadie tiene más plantel.
El fútbol vive dándonos lecciones contra toda lógica y se resiste a las predicciones, incluso a las menos jugadas. Tres fechas atrás, cuando Boca era un equipo imparable al que iban a darle el título por anticipado porque no tenía sentido seguir jugando, nadie imaginaba esta realidad que nos puede sorprender mañana mismo: San Lorenzo alcanzándolo en la punta (con un partido más, pero alcanzándolo al fin). ¿Estaban mal los elogios iniciales? ¿Los números eran casuales? No tanto. Es cierto que en aquellos primeros ocho partidos, Boca sólo había tenido un rival acorde a su talla (River). Pero lo que en realidad está sufriendo Boca es, más allá de los méritos de Racing y de Central, una epidemia de lesiones y suspensiones para la cual ningún equipo está preparado. De aquel 11 ideal a éste que enfrentará el domingo a Arsenal faltan Gago, Benedetto y su suplente Bou, Goltz, Pablo Pérez y Jara. La columna vertebral y algo más.
En los últimos días se puso en discusión si Boca realmente tiene el plantel que se decía o está sobrevalorado. Lo primero que hay que aclarar es que, en todo caso, nadie tiene más. Y haciendo una inspección interna del todavía puntero, es cierto que se ven algunos desequilibrios en el armado: Pavón, Junior Benítez, Espinoza y Bouzat juegan de lo mismo y ninguno puede dar una solución seria a la ausencia de 9. Y en la zona de volantes, Boca no tiene gran recambio. El otro problema del equipo es que los titulares son muy titulares y los suplentes están bien sentados. No existen, como durante la temporada pasada, aquellas peleas por el puesto como las de Benedetto-Bou, Fabra-Silva, Jara-Peruzzi o Tobio-Vergini-Insaurralde. Hoy, los que entran no aportan soluciones (Nández sí lo hizo cuando entró por Gago, pero con características totalmente distintas). Sobre todo cuando las ausencias son tantas, de esa jerarquía y en puestos tan relevantes.
En los últimos días se puso en discusión si Boca realmente tiene el plantel que se decía o está sobrevalorado. Lo primero que hay que aclarar es que, en todo caso, nadie tiene más. Y haciendo una inspección interna del todavía puntero, es cierto que se ven algunos desequilibrios en el armado: Pavón, Junior Benítez, Espinoza y Bouzat juegan de lo mismo y ninguno puede dar una solución seria a la ausencia de 9. Y en la zona de volantes, Boca no tiene gran recambio. El otro problema del equipo es que los titulares son muy titulares y los suplentes están bien sentados. No existen, como durante la temporada pasada, aquellas peleas por el puesto como las de Benedetto-Bou, Fabra-Silva, Jara-Peruzzi o Tobio-Vergini-Insaurralde. Hoy, los que entran no aportan soluciones (Nández sí lo hizo cuando entró por Gago, pero con características totalmente distintas). Sobre todo cuando las ausencias son tantas, de esa jerarquía y en puestos tan relevantes.
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