Copa y Recopa

En Los autos locos, los hermanos Macana era una dupla de grandes conductores cuyo automóvil no era el más veloz, pero sí el mejor preparado. Ellos mismos se encargaban de potenciarlo, de reconstruirlo ante algún golpe inesperado. Los Barros Schelotto son otro par de personajes de leyenda, igual de inflexibles y consecuentes, obsesionados con llegar a la meta. Son Guillermo y Gustavo. Dos almas gemelas. Copa y Recopa. El hambre y las ganas de triunfar. En el Bicentenario de San Juan y en el Atahualpa de Quito. Así lo viven. Así lo sienten. Y así lo demuestran: el equipo que se medirá mañana con Güemes de Santiago del Estero (subió al Federal A a fines del 2015 y volvió a bajar en el mismo torneo), por los 32avos. de final de la Copa Argentina, será prácticamente el mismo que enfrentará a Independiente del Valle por la semi de ida de la Libertadores. Nada de guardar jugadores ni subestimar al rival. Los Mellizos van por todo y ponen todo: Tevez de 9, Zuqui por derecha, Jara de volante central y Lodeiro de interno por izquierda. Pavón y Carrizo, de extremos. ¿Benedetto? Como todavía no se abrió el TMS en la Argentina, no está habilitado, pero sí jugará en los 2.850 metros de Quito. El de mañana y el del otro jueves son equipos mellizos. Con el mismo hambre de ganar.

Lo que se vio el jueves en Salta, ante Olimpia, fue una evidencia. El Apache y Benedetto se entendieron bien, con y sin pelota. Carlitos atrajo marcas y al Pipa se le liberaron espacios para pisar el área partiendo desde los costados, en diagonal. Antes, en Ezeiza, el CT los había probado juntos, pero con el ídolo por la banda. Hasta se especuló con un cambio de esquema, con doble 9. Sin embargo, no hay intenciones de modificar el dibujo y por eso mantendrá el 4-3-3 que los acompañó durante tres años y medio en Lanús e impusieron al llegar a Boca. Fue ése el sistema que los llevó a esta instancia de la Libertadores y no hay motivos para cambiarlo.

Igual, más allá de que el equipo ya sale casi de memoria, los ensayos en Casa Amarilla no cesan. Sobre todo de mitad de cancha hacia adelante, aunque sólo por una cuestión de ausencias. Sin Benedetto a disposición para el partido en Cuyo, aparecerá Pavón desde el arranque, el único suspendido para la semi. Y a Chávez, que ayer no se entrenó por lesión (ver aparte), en el ejercicio táctico de ayer lo reemplazó Carrizo, héroe en Bolivia ante Bolívar y en la definición por penales frente a Nacional. En el equipo suplente, en tanto, jugó Castellani como extremo por izquierda, una alternativa que Guille utilizó en el paso de ambos por el Grana, aunque no siempre con buenos resultados.

Otra de las novedades apareció en la zona de contención. A Cubas no lo ven bien en lo físico -y en menor medida en lo futbolístico- tras la lesión ligamentaria en el tobillo derecho sufrida en el cierre de la fase de grupos (estuvo dos meses sin jugar), por lo que la idea es preservarlo mañana pensando en la semi. Va Jara, con el que están muy conformes. Y atrás, como Fabra recién se sumará hoy tras la Copa América, Silva continuará como lateral izquierdo.

La Copa Argentina, además, es el salvavidas que entrega un boleto para la próxima Libertadores. Es el único camino alternativo por el que Boca puede acceder en caso de no ganar esta edición. “Contra Güemes vamos a poner lo mejor que tengamos”, había adelantado Barros Schelotto en la pretemporada. Y cumplió. Los pibes pueden esperar. Los suplentes, también. El sueño de la Libertadores asoma a la vuelta de la esquina, porque restan apenas cuatro partidos. Y Guillermo ya tiene todo claro. Es esta Copa y después la otra.