Boca, el único grande

Después de varias semanas de incertidumbre y de mucho caos, Boca, parece, por fin pudo conseguir algo de tranquilidad en este tumultuoso 2017. La victoria del pasado domingo ante Independiente fue una muestra de un equipo que jugó para campeón tras reponerse de varios golpes, pero también significó conseguir algo a lo que el club no está tan acostumbrado: ganarle a los cuatro grandes.

Y es que con el triunfo, el Xeneize pudo cantar bingo en esta carrera de clásicos. Su primera víctima fue San Lorenzo, allá por noviembre de 2016, a quien derrotó por 2-1 con goles de Benedetto y Bou. Luego fue el turno de la goleadas consecutivas a Racing en La Bombonera y River en el Monumental -ambos 4-2- y, por último, este 3-0 a los dirigidos por Holan. En el medio, claro, cayó en la fecha de los clásicos ante el Millonario.

Así, consiguió llevarse los tres puntos ante cada clásico, algo que no lograba desde hacía 42 años, en el Torneo Metropoliano de 1975. El formato de aquel campeonato fue similar, pero, a la vez, diferente: si bien era un certamen largo, era de 20 participantes y se jugaba con partidos a ida y vuelta en apenas un semestre (de febrero a agosto).

Durante ese certamen, el conjunto que era conducido por Rogelio Domínguez se quedó con el Superclásico como visitante (1-0, Potente de tiro libre), pero cayó en La Bombonera (1-2); derrotó a la Academia en el Cilindro (un histórico 4-3 que logró dar vuelta tras ir perdiendo 3-0), pero tropezó como local (1-2); le ganó las dos veces al Rojo (2-0 en casa y 4-0 -con juveniles por la huelga de jugadores- como visitante); y venció las dos veces al Ciclón (3-2 en el Nuevo Gasómetro tras ir 0-2 abajo y 2-1).

El campeón del Metropolitano del '75 fue el River de Ángel Labruna, quien cortó con 18 años de sequía. Boca quedó tercero tras una segunda ronda memorable, en la que estuvo a punto de superarlo en la tabla luego de llevarse la victoria del Monumental en la fecha 35. Sin embargo, en el encuentro siguiente empató 0-0 con Banfield, cayó con Huracán y le dejó el campeonato al eterno rival, que había podido mantenerse como líder a lo largo de 31 jornadas.