Tevez-Osvaldo, una relación que está traumando a Boca y condiciona su futuro

En realidad, porque en estas cuestiones siempre hay alguien que paga los costos. Boca está allí parado, en ese lugar incómodo de ver cómo sufre por un vínculo que no le hace bien. Carlos Tevez y Daniel Osvaldo , esa pareja de amigos que estaban concentrados en cumplir el sueño de llegar a la cima de América juntos y que pretendía mantener el reinado azul y amarillo en el orden local, están lejos de darle a la institución que aman lo que necesita: goles y buen juego. Es cierto, el Apache no le debe nada al club, pero sí su amigo el rockstar. Y entre tanto agite, los dos son responsables, de uno u otra manera, de lo que pasa deportivamente en la Ribera.

Hay que comprender que fue Tevez quien insistió por el retorno de Osvaldo. Si hasta le aseguró a los dirigentes que se iba a encargar de mantener ordenado a su amigo. Convenció a Daniel Angelici de que era la mejor alternativa para el ataque xeneize y podía calmar la salida de Jonathan Calleri. Así Boca se encomendó a un solo N°9. El deseo de uno por estar con el otro terminó por afectar los intereses de Boca. Una lesión que ahora lo pone nuevamente en el centro de la escena a Osvaldo y otra vez Tevez detrás apoyando a su amigo. Loable por donde se lo mire, aunque hay un pequeño detalle: siempre sufre la misma parte, el club.

Desde que regresó el delantero desde Portugal, las cosas quedaron claras: Osvaldo y Tevez, dos amigos hinchas de Boca por la gloria deportiva y personal. Y así también terminaron inmersos en sus propias determinaciones. El rockstar llegó fuera de forma al club y se tomó un tiempo para el acondicionamiento físico. En su tercer partido sufrió la fractura en el pie derecho, en la derrota 1-0 con Atlético Tucumán. Esa es la dolencia que hasta hoy lo atormenta. Todo fue tan confuso siempre que en el primer parte médico de la lesión de Osvaldo se había informado que la lesión era en el pie izquierdo. Y no es un detalle menor marcar esto como un mojón. Porque el estado físico del rockstar siempre estuvo rodeado de un manto de sospecha.

Nuevamente los intereses individuales pesaron por sobre los de Boca. Osvaldo no estaba recuperado de la fractura en el quinto metatarsiano derecho y tomó la determinación de jugar infiltrado ante San Martín de San Juan, cuando existían sugerencias médicas de evitarlo. Se agudizó su lesión. Pretendía respaldar a Arruabarrena en su ciclo y nadie, ni su amigo Tevez, fue capaz de decirle que debía pensar en lo más conveniente para Boca y no para el entrenador de turno. Nadie se atrevió a decirle nada, ni dirigentes ni nadie...

Esta jugada le costó 40 días de recuperación a Osvaldo. Y en ese período se profundizó la falta de un centro delantero y ni siquiera su amigo Tevez, lejos de su mejor versión, pudo disimular esta ausencia y maquillar la anemia de gol ¿Las consecuencias? Boca está a ocho puntos de la cima del campeonato local y Guillermo Barros Schelotto, hace unos días en una entrevista con La Nación, reconoció que no eran candidatos a ganar la Libertadores.

'Dani es un gran jugador y está teniendo un poco de mala suerte. Cada vez que se está poniendo bien aparece una lesión nueva. En este momento difícil hay que apoyarlo y estar con él. Se merece que el cuerpo técnico, los dirigentes y sus compañeros estemos con él'. Las palabras de Tevez en la última conferencia de prensa marcan un apoyo lógico para Osvaldo, que sufre por una aagudización de su lesión en el pie derecho, que se produjo en la práctica del lunes último. Pero es más que evidente que esta pareja, hoy, no le hace bien al club de la Ribera. Lo que todos parecen estar perdiendo de vista es que el que necesita apoyo de los jugadores, del cuerpo técnico y de los dirigentes, es Boca. Ni Osvaldo ni Tevez, Boca.