Boca 2017: ¿cómo son los días sin Tevez?

Ni siquiera es una cuestión de paladar: es conceptual. Guillermo Barros Schelotto no lo dice a viva voz, pero lo expresa con la obsesión por el juego y la táctica que tiene ese cuerpo técnico: “Sin Tevez se puede armar un equipo, pero sin Gago sería un gran problema”.

Ahí está el primer cambio de mando: lleve la cinta quien la lleve, en este nuevo Boca, Gago es el gran líder. Y es diferente. Apenas Fernando Tobio fue al casamiento de Tevez. Los otros referentes xeneizes que estuvieron en la gira marital en Uruguay fueron dirigentes, con Daniel Angelici y con Juan Carlos Crespi a la cabeza, sacándose fotos con el presidente del país y la primera dama. Podría ser un dato paparazzi, aunque no lo es: los ojos que ahora observan de cerca el mundo azul y oro -que antes también acompañaban las prácticas- aseguran que se acabaron algunas distancias.

La circunstancia mediática, claro, cambió, pero no sólo porque la figura de Yogurísimo ahora vive en Shanghai y ya no está en los entrenamientos. Es que Boca está realizando su pretemporada en Ezeiza y está lejos de Casa Amarilla, cuna de turistas que realizan la visita a la mítica Bombonera o de los socios que esperan al momento que salgan los jugadores para tener, al menos, una firma del Apache.

“Estamos esperando que venga a despedirse”, dijo Axel Werner, que con su inocencia de arquero juvenil blanqueó el dato que latía en el vox populi: Tevez no les avisó a sus compañeros que dejaría el equipo y se iría a jugar a China.

El plantel de Boca vivió en el último año algunos cimbronazos que modificaron su estilo: tras perder contra Independiente del Valle por la semifinal de la Copa Libertadores, salieron dos de los grandes líderes, el Cata Díaz y Agustín Orion. Apenas unos meses antes, se había ido Rodolfo Arruabarrena y habían llegado los Mellizos, para tener otro estilo de manejo de grupo. Llegaron una gran cantidad de refuerzos, algunos que ejercen como titulares o primeras alternativas: Santiago Vergini, Darío Benedetto, el propio Werner, Walter Bou, Ricardo Centurión, Wilmar Barrios y Sebastián Pérez. Y, tras una larga lesión, reapareció un líder determinante: Gago.

Dentro y fuera de la cancha. Porque, hoy, sin Tevez, él y Pablo Pérez son los que manejan los ritmos del plantel y los que definen los premios y los debates con la dirigencia del club. Gago, en sus últimas fechas, con un fútbol de alto voltaje, llevó a Boca a los primeros puestos y le dio vuelo al propio Apache, quien pudo recibir con comodidad para demostrar todo su talento en las tres jornadas de clásicos que incluyeron San Lorenzo, Racing y River.

La llegada de Mariano Andújar al arco podría sumar otro referente clave para el plantel. No hay muchos jugadores más de experiencia en tanta diáspora. No será fácil ni para Gago ni para Pérez ni para el que sea. En definitiva, Tevez, negando la condición pública de volverse el futbolista mejor pago del mundo, anunció que en Europa podía perder e ir a comer con la familia y que en Buenos Aires eso era imposible.

La radiografía tiene sentido: justo en el mismo semestre en que Juan Román Riquelme lanzó la máxima de que para jugar en Boca hay que ser “futbolista las 24 horas”.