
eldia.com
BOCA JUNIORS

Cambió quejas por abrazos, pero la ansiedad es la misma
La victoria ante Lanús por Copa Argentina sirvió para calmar un poco los nervios
Hace rato que Boca venía haciendo cálculos para ver en que fecha quedaría habilitado para festejar. Era tanta la necesidad de asegurarse una nueva estrella, de descomprimir tantas tensiones y de reencontrarse con su público que, sin dar ningún partido por ganado de antemano, se apeló a un vértigo y una energía especial para asegurar la vuelta olímpica lo antes posible.
La victoria sobre Lanús en la Copa Argentina seguramente ha servido para calmar los nervios y puede significar un cambio de escenario después de la noche negra de Avellaneda cuando quedó postergado el anhelado grito tras varias temporadas sin festejos. Por lo pronto las quejas de Tevez hacia dentro del grupo exigiendo “crecer como equipo” y criticando las expulsiones en un partido de tanta trascendencia, masticando bronca por el traspié con Racing, se transformaron en gestos del Apache tratando de demostrar que dentro del plantel “está todo bien”.
En los días previos al partido jugado en San Juan habían abundado los chisporroteos en el “Mundo Boca”. Battaglia y La Volpe se cruzaron feo y reflotaron viejos enconos, recordando la caída boquense en 2006, mientras Agustín Orión, uno de los referentes en la actualidad, buscó ponerle paños fríos a las quejas del Apache anticipando que contra Tigre “habrá vuelta olímpica”. El arquero y el Diez -dos que pelean por la jefatura del grupo-, buscaron desvirtuar los nubarrones a puro abrazo la noche de San Juan.
Pero la necesidad de la vuelta olímpica sacude los cimientos en la Ribera. “Boca necesita ganar un título” repitió hasta el cansancio el Vasco Arruabarrena cada vez que se le cruzó un micrófono sintetizando la sensación de ahogo que viene provocando la sequía de campeonatos. Es que ya han pasado tres años y medio desde la última conquista xeneize, en la Copa Argentina de 2012, casualmente frente a la Academia.
Esta vez las necesidades no sólo apremian a un sector de todos los que componen la estructura boquense. La dirigencia, el cuerpo técnico y el plantel están comprometidos al máximo en el mismo objetivo. Varios precisan esta consagración. La dirigencia, frente a la inminencia de los comicios, el cuerpo técnico que no ha terminado de consolidarse y un plantel que, salvo Tevez, no termina de meterse en el corazón de la 12. El último grito de campeón, con Falcioni como DT, sobrevino en medio de una década en la que los festejos habían superado por amplio margen a las frustraciones. Este último período cambió sustancialmente la escenografía, los objetivos se fueron tornando mucho más complicados y aumentaron las presiones: todos necesitan volver a sentirse fortalecidos al amparo de una nueva estrella.
De concretarse la aspiración máxima será la primera vez para el Vasco Arruabarrena que llegó a su ex club después de las experiencias en Tigre y Nacional de Uruguay donde no hubo títulos. Entre los “debutantes” en esto de ganar campeonatos también deberá incluirse a Meli, Calleri, Cubas, Palacios, Bentancur, Sara y Chávez, aunque en el caso de estos dos últimos se coronaron en la B Nacional con Rafaela y Banfield, respectivamente, pero no en primera división.
Futbolísticamente este Boca se ha caracterizado por los altibajos que logró superar recién en la segunda parte del año. Después del paréntesis que marcó la Copa América tuvo más contundencia y se sumaron como datos centrales, además del retorno del Apache, la consolidación de un nivel de juego que le alcanzó para acumular diferencias a favor en la punta de la tabla.
Lo cierto, real y concreto es que la espera se ha transformado en ansiedad porque Boca necesita imperiosamente dejar atrás una larga racha de contrastes. El triunfo sobre Lanús y el salto a la final de la Copa Argentina llegaron en el momento más oportuno, en medio de las urgencias, generadas particularmente a partir de la eliminación en la Libertadores. ¿El festejo en San Juan habrá sido la antesala del festejo mayor? El desenlace está a la vista...
En los días previos al partido jugado en San Juan habían abundado los chisporroteos en el “Mundo Boca”. Battaglia y La Volpe se cruzaron feo y reflotaron viejos enconos, recordando la caída boquense en 2006, mientras Agustín Orión, uno de los referentes en la actualidad, buscó ponerle paños fríos a las quejas del Apache anticipando que contra Tigre “habrá vuelta olímpica”. El arquero y el Diez -dos que pelean por la jefatura del grupo-, buscaron desvirtuar los nubarrones a puro abrazo la noche de San Juan.
Pero la necesidad de la vuelta olímpica sacude los cimientos en la Ribera. “Boca necesita ganar un título” repitió hasta el cansancio el Vasco Arruabarrena cada vez que se le cruzó un micrófono sintetizando la sensación de ahogo que viene provocando la sequía de campeonatos. Es que ya han pasado tres años y medio desde la última conquista xeneize, en la Copa Argentina de 2012, casualmente frente a la Academia.
Esta vez las necesidades no sólo apremian a un sector de todos los que componen la estructura boquense. La dirigencia, el cuerpo técnico y el plantel están comprometidos al máximo en el mismo objetivo. Varios precisan esta consagración. La dirigencia, frente a la inminencia de los comicios, el cuerpo técnico que no ha terminado de consolidarse y un plantel que, salvo Tevez, no termina de meterse en el corazón de la 12. El último grito de campeón, con Falcioni como DT, sobrevino en medio de una década en la que los festejos habían superado por amplio margen a las frustraciones. Este último período cambió sustancialmente la escenografía, los objetivos se fueron tornando mucho más complicados y aumentaron las presiones: todos necesitan volver a sentirse fortalecidos al amparo de una nueva estrella.
De concretarse la aspiración máxima será la primera vez para el Vasco Arruabarrena que llegó a su ex club después de las experiencias en Tigre y Nacional de Uruguay donde no hubo títulos. Entre los “debutantes” en esto de ganar campeonatos también deberá incluirse a Meli, Calleri, Cubas, Palacios, Bentancur, Sara y Chávez, aunque en el caso de estos dos últimos se coronaron en la B Nacional con Rafaela y Banfield, respectivamente, pero no en primera división.
Futbolísticamente este Boca se ha caracterizado por los altibajos que logró superar recién en la segunda parte del año. Después del paréntesis que marcó la Copa América tuvo más contundencia y se sumaron como datos centrales, además del retorno del Apache, la consolidación de un nivel de juego que le alcanzó para acumular diferencias a favor en la punta de la tabla.
Lo cierto, real y concreto es que la espera se ha transformado en ansiedad porque Boca necesita imperiosamente dejar atrás una larga racha de contrastes. El triunfo sobre Lanús y el salto a la final de la Copa Argentina llegaron en el momento más oportuno, en medio de las urgencias, generadas particularmente a partir de la eliminación en la Libertadores. ¿El festejo en San Juan habrá sido la antesala del festejo mayor? El desenlace está a la vista...
MÁS NOTICIAS DE BOCA JUNIORS