

Argentina-Perú, la hora de la verdad
Este domingo se enfrentan Argentina y Perú en Barquisimeto por un pase a la semifinal de la Copa América Venezuela 2007. Argentina, claro favorito para éste y el resto de los partidos que juegue, busca seguir demostrando por qué es la candidata de todos. Perú buscará la hazaña.
Llegó la hora de la verdad, en donde la suerte, la jerarquía y la audacia decidirán el fracaso y la gloria. Sólo una carta. A partir de ahora ganar o volverse a casa es la disyuntiva. Pero hay diferentes exigencias.
Mientras Perú firmaría ganar como fuera sin importarle demasiado los caminos de la búsqueda, Argentina debe emplearse en consumar sus pretensiones de victoria a través de su irrenunciable juego de ataque y exquisito trato de pelota.
Sin lugar a dudas, la selección albiceleste vive su presente con la mirada puesta en el futuro y por tal inmediatez temporal, no se le exige únicamente la victoria, sino jugar bien y convertirse en el abanderado del juego ofensivo.
Porque, a no olvidarse que esto es precisamente un juego, con obligaciones colectivas –la solidaridad-, es verdad, pero con la idea presente de jugar bien para ganar.
Además, Argentina lleva 21 años de obligaciones frustrantes por estilos ejecutados y fracasos estrepitosos -desde 1986-. 21 años, a excepción del propio Basile, de intentar mediante la 'ciencia', los 'amerita', los 'centro atacantes' y los cambios defensivos, exponer una idea que, de inexacta, ineficaz y caprichosa, siempre le faltaba algo.
Y ese algo era el compromiso con el juego siendo fieles a un estilo histórico. El pensar obsesivamente en el rival y el no ser coherente con la historia del fútbol argentino pasó la factura más dolorosa a los apólogos del éxito en sí mismo: la derrota, el vacío de la derrota y nada más.
Porque aunque muchos no lo crean, el fútbol argentino no empezó con Diego Maradona. Los Pipo Rossi, los Pontoni, los Moreno, los Rojas, los Sacchi y los Marzolini edificaron, regate a regate y noche a noche americana, lo que es “la nuestra”, eso que algunos distraídos no reconocen y que, empecinados en la mediocridad del mundo que nos circunda, proponen a los de galera y bastón, el pico y la pala. La Biblia contra el calefón.
Y hoy Argentina, le pese a quien le pese, intenta jugar a “la nuestra”, con la cadencia que relativiza la pequeñez de los espacios, con la pausa que sublima la aventura en cada avance y con la absoluta convicción que esa manera de entender el juego no se traiciona.
Contra Perú, la albiceleste es más favorita que nunca y no sólo por los resultados que la preceden, sino por la inequívoca sensación que estos muchachos irradian, porque saben a qué juegan. Puede salir bien, regular o mal, pueden, incluso, ser superados por el rival, pero el margen de error, sabiendo lo que uno quiere, se reduce.
La propuesta de Riquelme y Messi es una invitación al optimismo. El pibe, partido a partido, va entendiendo en qué lugar del campo debe explotar su talento, y al reconocerse inteligente, se hace insustituible.
Román está para plantar bandera y para seguir sembrando toda la información genética que tiene en sus pies. Román es el resumen de los años y Messi el futuro vertiginoso que lo cita con la gloria deportiva. Seguro que llegarán a tiempo.
Alineaciones probables:
ARGENTINA: Roberto Abbondanzieri; Javier Zanetti, Roberto Ayala, Gabriel Milito, Gabriel Heinze; Juan Sebastián Verón, Javier Mascherano, Sebastián Cambiasso o Aimar; Juan Román Riquelme; Lionel Messi y Diego Milito o Carlos Tevez.
PERÚ: Leao Butrón; Miguel Villalta, Santiago Acasiete, Edgar Villamarín; Walter Vílchez, John Galliquio; Paolo de la Haza, Juan Carlos Balazar, Juan Carlos Mariño; Claudio Pizarro y Paolo Guerrero.
Árbitro: Carlos Simón, de Brasil.
Estadio: Metropolitano, de Barquisimeto. 18.50 horas