Arruabarrena busca un equipo de memoria para la Libertadores

Por eso, 2016 será igual o más exigente, con la Copa Libertadores como el gran objetivo y con la ilusión de llevarse mucho más que lo conseguido hasta ahora.

La competencia oficial empezará bien temprano. El 3/2 será la final de la Supercopa Argentina contra San Lorenzo (si gana, accederá a la Copa Sudamericana) y tres días más tarde comenzará el torneo local. La Libertadores, una semana después. Por eso, el Vasco quiere para esa fecha, amistosos mediante, tener el equipo aceitado y definido porque a diferencia de lo que hizo en el primer semestre del 2015, el técnico buscará consolidar un once titular que utilizará en los compromisos de la Libertadores. Aquella rotación de la primera parte del año salió a medias y ahora el DT cree que tendrá que buscar una base para la fase de grupos de la Copa (mucho más complicada que la de este año) y para los encuentros clave del torneo local, al que no descuidará pero que mirará de costado. Hay una certeza: Boca ya se sacó la mochila de cuatro años sin vueltas olímpicas y por eso puede enfocarse en su máximo anhelo, que es retornar al primer plano continental.

Arruabarrena jamás los denominará equipo titular y alternativo. No está en su esencia esa división del grupo. Pero sí espera que todos se mantengan en un buen nivel para contar con el que haga falta en un plantel que no tendrá muchas caras nuevas. Al arribo de Jonathan Silva se les sumarán otros dos laterales, un delantero y Daniel Osvaldo -alguien que ya estuvo hace seis meses- cuando se resuelva su situación. Si éste no llega, entonces el nueve será Calleri, goleador del equipo en 2015. Además de la recuperación de Fernando Gago (lo cuentan para la Libertadores), aparecerá Federico Carrizo, quien regresa de Cruz Azul y será tenido en cuenta. Luego, claro, habrá que ver qué ventas hay. En eso, el técnico fue claro: si se venden titulares, se compran reemplazos. De lo contrario, prefiere quedarse con lo que tiene, ya que logró un grupo consolidado en lo humano.

En el línea por línea, hay algunas certezas. Orion, Daniel Díaz, Erbes, Gago, Pablo Pérez y Tevez integran la columna vertebral del equipo. A ellos se les acoplan Tobio, afianzado con el Cata, y Nicolás Lodeiro, una rueda de auxilio a la que siempre se recurrió.

Andrés Cubas, Rodrigo Bentancur y Marcelo Meli son también hombres importantes en el equipo, aunque no aparezcan como titulares inamovibles. Jugaron mucho en 2015 y son potenciales titulares en cualquiera de las competencias. Sara demostró que puede ser el arquero y Colazo es valioso por su versatilidad en el lateral izquierdo y en el mediocampo. Arriba, Andrés Chávez esperará su oportunidad; y entre Sebastián Palacios y Cristian Pavón hay una puja por un lugar que puede desencadenar en que uno de los dos emigre a otro club frente a una buena oferta. Alexis Rolín, a pesar de que tiene ofrecimientos del fútbol de Paraguay, es el primer suplente de la pareja de centrales. Lisandro Magallán tendrá muchos más minutos y de ser posible se cerrará la incorporación de otro marcador central (¿González Pirez?). A ellos hay que sumarles los juveniles que el Vasco siempre incorpora a la Primera para darles pista.

Con menos rotación, con pocos (pero puntuales) refuerzos, con el grupo como bandera, con Tevez de figura y hombres de peso para ir por la Libertadores, el Boca versión 2016 será parecido al de 2015. Lógico: es el campeón. Y a los campeones no hay que cambiarlos.