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VERGINI

Espíritu Santi
Vergini y una milagrosa salvada: cuando el partido estaba 0-0, le ahogó el grito a Kaprof, un ex River.
Todo Defensa va a soñar con esa jugada a los 11 minutos del segundo tiempo, cuando todavía iban 0-0. Bah, en realidad, tendrá pesadillas. El propio Juan Cruz Kaprof no va a poder pegar un ojo cuando ponga la cabeza en la almohada pensando en el increíble gol que se perdió y con el que pudo enmudecer a La Bombonera. Sí, justo él, de pasado en River. Del otro lado, al que también le va a costar bajar la adrenalina es a Santiago Vergini, que metió una salvada que vale tanto como el gol de Benedetto.
Es que cuando la bocha quedó boyando en el área de Agustín Rossi, Kaprof la controló bien, metió un enganche para quedar de frente al arco y definió, ya listo para salir a festejar... Pero el central xeneize se jugó la vida, fue al piso con cuerpo y alma, y terminó haciendo un bloqueo que, salvando las distancias, es comparable con el de Mascherano en la semifinal del Mundial, ante Holanda.
El defensor de 28 años volvió a mostrar un buen nivel, como ocurrió ante San Martín de San Juan, y nuevamente respondió a la confianza que le da Guillermo Barros Schelotto partido tras partido. Es que en la cuestionada defensa de Boca, Vergini es el que no se toca, el que prácticamente no sale nunca. ¿Han rotado los apellidos? Claro, pero siempre cambió a su compañero de zaga y pocas veces a él.
De todos modos, hoy no habrá cuestionamientos. Se sabe que cuando el resultado no es el esperado, el primer fusible que salta en La Boca es el de la línea de fondo, pero esta vez no estarán observados. Es cierto que el equipo de Varela no lo peloteó, pero los defensores estuvieron firmes y, encima, Vergini, con su salvada milagrosa, fue protagonista del triunfo. ¡Espíritu Santi!
El defensor de 28 años volvió a mostrar un buen nivel, como ocurrió ante San Martín de San Juan, y nuevamente respondió a la confianza que le da Guillermo Barros Schelotto partido tras partido. Es que en la cuestionada defensa de Boca, Vergini es el que no se toca, el que prácticamente no sale nunca. ¿Han rotado los apellidos? Claro, pero siempre cambió a su compañero de zaga y pocas veces a él.
De todos modos, hoy no habrá cuestionamientos. Se sabe que cuando el resultado no es el esperado, el primer fusible que salta en La Boca es el de la línea de fondo, pero esta vez no estarán observados. Es cierto que el equipo de Varela no lo peloteó, pero los defensores estuvieron firmes y, encima, Vergini, con su salvada milagrosa, fue protagonista del triunfo. ¡Espíritu Santi!
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