TATA MARTINO

Martino: "Es muy difícil andar por la vida siendo Messi"

Martino:
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¿Cuánto sabes de Riquelme?

El D.T. de la Selección contó detalles de la participación del crack en el equipo, respondió a las comparaciones con Barcelona y dio detalles del armado del plantel que irá a los Juegos Olímpicos de Río.

A tres personas que lo conocen se les pide que definan cómo es y todas marcan lo mismo: “Es un tipo común”. Uno, incluso, jugador de la Selección argentina, es más preciso: “Su mayor virtud es ser un tipo común”.

Cuando escucha eso, Gerardo Martino, que apareció en pantaloncitos cortos en el living del predio de Ezeiza y ofreció café para todos, sonríe como si lo elogiaran por ser el hombre que descubrió el fútbol. Pero no es sólo un adjetivo: es una filosofía. El único entrenador en la historia que dirigió a Lionel Messi en dos equipos diferentes, incluso, define desde eso cada mirada de la condición humana y, después de pensar, porque el Tata pesa y analiza cada palabra. “Es muy difícil andar por la vida siendo Messi”, dice en este nota exclusiva de Goal.

¿Qué es, entonces, un tipo común?

El que hace asado, el que habla de manera normal y no rebuscada, no sé, el que da notas como daba notas en cualquier otro lugar. Es raro ser un tipo común y dirigir al Barcelona o a la Selección argentina. Creo que eso es lo que yo no estoy dispuesto a negociar.

Sos la única persona que dirigió a Messi en dos equipos diferentes, ¿cómo es?

Yo no veo dos tipos diferentes en Barcelona y en la Selección. Es exactamente el mismo tipo: vive como un tipo común y se relaciona como un tipo común. Lo que pasa es que hay que entender que es muy difícil andar por la vida siendo Messi.

¿Por qué?

No creo que sea una persona que viva un disfrute pleno. Como cualquiera de nosotros, tendrá los problemas lógicos de tener una familia. Y porque, además, en el fútbol no siempre todo te va bien. Se llevan todas las luces, desde casi siempre, lo que le pasa en Barcelona. Pero está claro que, cuando viene a la Selección, las cosas cambien. Que no hayamos podido ganar ningún título demuestra que no es todo como la gente imagina.

¿Y qué es lo que la gente no ve?

No tengo la de la imagen de la Copa del Mundo, sino la de la Copa América. Era una imagen tristísima. Si vos sacabas una foto de ese vestuario, nunca nadie más diría que estos pibes no sienten lo que les pasa en la Selección argentina.

¿Qué va a pasar el día en que salgan campeones?

Primero, se sacarían un gran peso de encima. Lo vivirían de una forma única: como si nunca hubieran ganado nada. No sé cómo sería el después. Porque, con tantos años buscando y buscando, puede que la atracción termine volviéndose esa búsqueda. No sé cómo sería la reacción frente al logro. Tengo dudas sobre cómo será el día siguiente en la Selección.

¿Podría pasar algo como lo de Bielsa en 2004?

Por ejemplo.

Vos no sos un entrenador resultadista, ¿cómo convivís con esa desesperación por ganar? Salvando las grandes diferencias, a mí me ha pasado con Newell’s, en la década del 80. Hubo un año en que pasó algo único: Newell’s partió como un candidato y había que salir campeones. Porque veníamos de tres golpes iguales que estos: subcampeón, perder una liguilla, ser subcampeones de nuevo. Y fuimos campeones.



¿Por qué Messi vuelve siempre?

Hace diez años que está acá. Lo cabeza dura que es te lo marca cuando, ahora, después de ganar el Mundial de Clubes, sin necesidad de hablar porque está con el Barcelona, dice que quiere ganar la Copa América.

¿Por qué la sociedad no entiende que estos pibes se mueren de ganas de salir campeones?

Porque no le contamos realmente por qué estos pibes vienen acá.

¿Y por qué vienen?

Porque tienen necesidad de ponerse la camiseta argentina y de ganar. No hay otro motivo. Les da orgullo estar acá. Vos me podés nombrar veinte motivos más, pero no los hay.

¿Usás a favor eso de la desesperación a la hora de manejar al grupo?

Es algo que está instalado hasta dentro de ellos. No hay nada oculto. Escuchás a Javier (Mascherano), a Leo (Messi) o a Ángel (Di María) y están siempre hablando de esto. Hay un grupo de diez futbolistas que tienen esta necesidad. Hay que ganar algo y está bien, pero hay que ganar algo con la mayor. Porque Sub-20 ya ganaron. Porque ya ganaron medalla de oro en los Juegos Olímpicos. Pero esto es así: el día que ganen la Copa América van a preguntar por qué no ganan el Mundial. Cada vez que vienen se están preparando para que la próxima vez sea la oportunidad.

¿Y por qué no ganaron todavía?

Es muy difícil cuando vos jugás partidos tan parejos que los definen circunstancias. Partidos como ha sido Chile o como ha sido Alemania. Hay que poner en el análisis el rival y no lo digo solamente porque Argentina perdió una final contra Alemania. Porque Argentina perdió dos veces en cuartos de final contra Alemania. Analicemos cómo perdiste contra Suiza. No cómo perdiste contra Alemania, porque son equipos importantes. El Mundial de Brasil podría haber sido. La Copa América podría haber sido. Es difícil explicarlo. No hay diferencias mayúsculas de un equipo respecto a otro. Ante la misma situación, incluso situaciones peores, Alemania arrancó un proceso en 2002 y tuvo éxito en Brasil y no me imagino a los alemanes cuestionando tanto por perder en cuartos de final.

¿Qué es el éxito?

A mí me quedó mucho la frase del Loco Bielsa de que el éxito es sentirse pleno en el camino. Está claro que necesitamos ganar. La sociedad necesita ganar. Los que trabajamos en fútbol sabemos que sin ganar no se reconoce nada. Lamentablemente, se instaló esto.

¿Cómo está el equipo hoy?

Después del primer partido de la Eliminatoria, mejor. Anteriormente, muy preocupados por lo que fue el partido con Ecuador (derrota por 2 a 0). Con una forma de llevar a cabo una propuesta futbolística que, después de once meses de trabajo, se vio en muchos casos en la Copa América. Es un equipo que está en la búsqueda de afianzar una idea futbolística.

¿Cómo se define esa idea?

Es la idea de un equipo que sea protagonista, que salga a buscar los partidos, que tenga buena circulación, que elabore, que además de ganar busque la tenencia de la pelota.

¿De qué manera se preparan los Juegos Olímpicos?

Habíamos arrancado con una lista bastante larga. Ahora empieza la liga del fútbol argentino y tendremos que empezar a mirar porque esto va a ser muy día tras día. Pero hay una lista de unos cincuenta jugadores en una elección que tiene que ser de 18. Hay algunos chicos, habiendo estado en Selección mayor, como Kranevitter, Correa y Dybala, que es muy difícil que no estén.

¿Qué le falta a Argentina?

Lo que tiene que resolver es algo que se vio en el partido de Colombia. Tener más continuidad en el juego. En los dos: en la Copa América y en la Eliminatoria. Esos son los partidos que quiero: una selección que juega de punta a punta.

¿Qué tiene de bueno?

Lo mejor que tiene es que nos pusimos muy rápido de acuerdo en una idea. La modificamos, la charlamos, la entrenamos, pero hay una idea general respecto a las bases que llevamos adelante.

¿De qué juega Messi?

Desde que estamos juntos en Argentina, es un extremo derecho.

¿Qué rol tiene en el equipo?

Para mí la actuación de él en la Copa América fue excelente porque jugó seis partidos seguidos muy buenos. Es como en Barcelona. No hay ninguna duda: juega de la misma manera acá que allá. Es el lugar más lógico.

LA PELOTA A MESSI, ESA ES LA CUESTIÓN

Martino se muestra como un hombre apasionado. Porque toma el café lo más rápido que puede para mirar a quienes le preguntan y contestar. Porque toda respuesta tiene una elaboración del que analiza y tiene todo bajo su radar. Porque sabe. Pero, dentro de los temas que lo apasionan, la cuestión Messi parece obsesionarlo. Al 10 de la Selección argentina lo ve y lo contempla desde todos los ángulos. Dentro de esos aspectos, se desvive por lograr en su equipo una versión todavía mucho mejor de la Pulga. Pero la fórmula no la tiene nadie. Entonces, el Tata elabora:

Circuló un video que planteaba que en Barcelona le dan más veces la pelota a Messi que en Argentina, ¿hay que modificar eso?

Es muy importante el tema del conocimiento y de entrenar juntos y, en función a eso, se van creando los vínculos. No es tan fácil esto de tener al mejor del mundo y al quinto mejor del mundo y que se entiendan. Hay mucho trabajo en el medio.

¿Y cómo se trabaja eso?

Hay planificar los entrenamientos adecuados. Pero lo peor que nos puede pasar es que tengamos acá adentro la obsesión de armar los entrenamientos en función de cómo hacer para que la pelota le llegue a Leo. ¿El equipo se la da poco?

No. El problema es que a veces hay exceso. Es tanto lo que abruma la necesidad de darle la pelota a él que, a lo mejor, hay compañeros con mejores posibilidades y no la reciben porque se termina dándole la pelota a él porque, claro, es mucha tentación darle la pelota a él. Yo pienso que nosotros tenemos una elaboración de juego tan grande como para que él decida, no para que resuelva todo.

En la época en que Riquelme jugaba en Villarreal, alguien escribió una columna hablando del peso psíquico a la hora de que un equipo reconozca a un jugador como líder futbolístico y le den la pelota para que maneje los tiempos.

Puede ser que sea tan así que, con Román, lo que funcionó en Villarreal no sucedió en Barcelona. Toda situación es distinta. No pasa por ganar o no ganar igual. Argentina podría haber salido campeón del mundo sin haber tenido un circuito direccionado a Leo. Podría haberle ganado a Alemania sin eso porque, de hecho, no lo hizo. Sí hay una necesidad de que la pelota le llegue a Messi en buenas condiciones y no como un salvador. No veo la necesidad de hacer lo mismo que el Barcelona porque el único que tenemos igual que el Barcelona es Mascherano. Los otros son otros futbolistas. De hecho, yo creo que si un día Messi cambia de camiseta va a ganar de todas formas, pero sin el mismo circuito de juego.



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