SAMPAOLI

La cuenta regresiva: lo que Jorge Sampaoli olfatea

La cuenta regresiva: lo que Jorge Sampaoli olfatea
lanacion.com.ar
¿Cuánto sabes de Riquelme?

¿Qué vale más? ¿Tener al que le pega mejor o al que menos le pega el peso de semejante momento?

¿Poner al que cabecea bien o al que está bien de la cabeza? ¿Contar con el que no se ahoga en la altura o con el que, a esta altura, no se ahoga?

La preparación de un partido extraordinario como el que se jugará en Quito implica, de parte del cuerpo técnico, olfatear como un detective alrededor de las señales que emana el plantel. Y en eso anda Jorge Sampaoli: charla con Javier Mascherano en medio de la práctica de una mañana soleada, convencido de la importancia de contar con él en esta instancia, a pesar de que al principio de su ciclo al subcapitán lo consideraba suplente. Una postal de la trascendencia de esta hora histórica.

Es tiempo de valientes. Lo entiende así el entrenador y también el núcleo duro de la selección, enfrascado en la tarea de dejar atrás el tormento de las Eliminatorias con un triunfo redentor. Son ellos quienes creen que lo mejor es cerrar filas: ayer, después del entrenamiento, la vieja guardia decidió quedarse en el predio de Ezeiza, a pesar de que la hoja de ruta marcaba 'tarde libre'. Messi, Mascherano, Di María, Biglia, Romero y Banega eligieron la intimidad antes que la salida (no fueron los únicos, también estuvieron Guzmán, Lautaro Acosta y Enzo Pérez). Los cuatro primeros, además, están allí desde el regreso de la Bombonera, el jueves a la noche, y recién abandonarán el lugar para tomar el vuelo hacia Guayaquil esta tarde. Nadie puede asegurar que alguna vez vuelvan a pisar como jugadores de la selección un lugar que conocieron de juveniles, porque el peligro deportivo es extremo. Pero ellos están seguros de que la única manera de salvarlo es así: poniéndose espalda contra espalda.

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