Riquelme aterrizó en San Pablo: la coincidencia que ilusiona a Boca con la séptima Libertadores

Como no podía ser de otra forma, fue recibido por algunos hinchas que se acercaron al lugar para llevarse una foto o una firma de su ídolo. El Diez salió en las primeras horas de la tarde rumbo a Brasil desde el Aeropuerto de San Fernando, lugar en el que también fue despedido por una decena de fanáticos xeneizes que le pidieron que volviera con la ansiada y esquiva séptima conquista. Llegó acompañado por una delegación compuesta por Antonio Barijho, excampeón de la Libertadores con Boca, Pico Navas, Pablo Ledesma y Mariano Herrón.

En este sentido, hubo un detalle que no pasó desapercibido y generó una revolución en las redes sociales de los simpatizantes del equipo de la Ribera. Mientras caminaba al avión que lo trasladaría desde San Fernando a tierras paulistas, pasó por adelante de una camioneta que tenía pegado el número 777, haciendo referencia a un contacto telefónico de emergencias. Sin embargo, los xeneizes lo vieron como una especie de señal de cara a lo que será la vuelta ante el Verdao en el Allianz Parque.



Riquelme vuelve a San Pablo, la ciudad de sus hazañas

El vicepresidente de Boca seguramente, se sentirá cómodo en una de las ciudades más grandes del mundo, donde construyó algunas hazañas importantes con la azul y oro.

A pesar de que se coronó campeón allí de la Libertadores 2000, en la que convirtió uno de los penales decisivos de la tanda, su actuación más recordada sucedió la noche del 13 de junio del 2001. Por segundo año consecutivo, el equipo del Virrey había llegado a la semifinal tras batir a Junior de Colombia, en octavos, y a Vasco Da Gama en cuartos. En la ida, disputada en La Bombonera, el Xeneize y el Verdao habían empatado 2-2 y les tocaba dirimir al finalista en el Palestra Italia, antiguo estadio del Palmeiras.

Fue una de las jornadas apoteóticas de Riquelme como jugador. El primer gol de Boca, obra de Walter Gaitán, comenzó luego de que el Diez tomara la pelota en la mitad de la cancha y pusiera un pase largo quirúrgico para Christian Giménez. El Chaco sacó un potente remate al medio y el arquero Marcos dejó un rebote lejano que el volante aprovechó para firmar el 1-0.

El segundo, con la firma de Román, fue una verdadera pintura. El enganche eludió a dos hombres de Palmeiras, tiró desde la medialuna del área y la colocó, suavemente, contra el palo derecho del arquero. No obstante, Boca no pudo sostener la ventaja. El Verdao empató el partido y forzó la tanda de penales, donde Córdoba volvería a ponerse la capa de Superhéroe para darle la clasificación a la final de la Copa.