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RIQUELME

“Riquelme podría haber jugado diez años más”
El Bocha Ponce hace 18 años que está viviendo en Chile, en donde trabajó como supervisor en una empresa minera de cobre.
Analiza el presente de Lodeiro, lo diferencia de Román y se lamenta: “Fueron matando al enganche con otras posiciones, como la de volante mixto...”.
Suena el teléfono. Del otro lado atiende un hombre con un marcado acento chileno. Ante la consulta de Olé sobre si quien respondía era el Bocha Ponce, aquel exquisito enganche que supo ser campeón con Estudiantes en el ‘82 y ganó la Recopa Sudamericana y la Supercopa con Boca a fines de los 80, la respuesta es afirmativa. “¿Tanto se nota? Igual aviso que soy argentino y en la Copa América (se hará durante junio-julio en Chile) hincharé por nuestra selección, ja”, dice Ponce, quien supo radicarse hace 18 años en el país trasandino luego de su paso como jugador por Coquimbo, Everton y Huachipato. “Este país me ha abierto las puertas. Decidí quedarme una vez que me retiré y no volví más a la Argentina porque me han ido saliendo diferentes trabajos. En esa época no se ganaba tanto como ahora”, detalla el ex Boca.
-Entre esos laburos, estuviste dos años trabajando en unas minas de cobre, ¿cómo te acercaron esa propuesta?
-Haber sido jugador me abrió muchas puertas, entre ellas ésta. En muchas ocasiones, como me conocen, me aparecen ofertas. Aunque uno siempre sigue con el bichito del fútbol, donde despunto el vicio siendo técnico de diferentes clubes tanto en la segunda como en la tercera división local. También tuve la oportunidad de ser gerente técnico del Coquimbo. Pero bueno, lo del trabajo en la minería fueron dos años lindos pero el proyecto ya terminó hace poquito. Ahora veremos si me vuelven a llamar.
-Puntualmente, ¿qué función cumplías?
-Era una empresa minera que se dedicaba a extraer cobre: yo era el supervisor. Hermosa experiencia.
-Digamos que, como en la cancha, estabas lejos del barro...
-Ja. Lo mío siempre ha sido la inteligencia por encima del esfuerzo. La verdad es que tenía mucha responsabilidad porque éramos 15.000 personas trabajando y varias de ellas estaban a mi cargo. Gracias a Dios no hubo ningún accidente. Es un trabajo sacrificado, del que viven varias familias. Quizá me convoquen de nuevo cuando se reactive la segunda etapa.
-¿No te daba temor después de ver aquel hecho que sufrieron los 33 mineros en San José hace cuatro años? (NdeR; quedaron atrapados durante 77 días, 700 metros bajo tierra, tras un derrumbe).
-Lo que pasa es que es totalmente diferente porque ellos hacían un trabajo subterráneo y lo nuestro era a cielo abierto en una minera escondida en Antofagasta. Nosotros explotábamos el mineral. Luego se carga y se descarga en camiones, lo procesa, se separa el cobre del oro y de la plata; y luego se transporta en barcos hacia diferentes lugares del mundo.
-Volvamos al fútbol, los 10 de tu estilo están en extinción aunque ahora apareció Lodeiro en Boca, ¿lo ves parecido o diferente?
-Sinceramente no sé si amerita la comparación... El muchacho cuenta con una zurda exquisita... Es bueno y le deseo lo mejor en Boca, en donde he tenido la suerte de quedar en la historia.
-¿Cree que le queda bien la 10 al uruguayo?
-Y sí, por algo se la dieron. Tampoco le pueden tirar toda la responsabilidad a él. Es un gran jugador que viene haciendo las cosas de buena manera.
-¿Por qué ha mutado la función del enganche?
-Porque aparecieron esos loquitos con el chamuyo de la preparación física. De hecho, Riquelme podría haber jugado 10 años más con la velocidad mental que demostró siempre. Cuando él tocaba, habilitaba a un tipo a 40 metros o te metía un pase entrelíneas y dejaba mano a mano a un compañero. Pero fueron matando al enganche con otras posiciones diferentes, como la de volantes mixtos. Sin embargo, a los que nos gusta el buen fútbol extrañamos algunas cosas de los 70 y 80.
-¿Román daba más con ese tipo de futbolista y el uruguayo Lodeiro es más moderno?
-Claro que sí. Si a Lodeiro lo hacés jugar como a mí en Estudiantes, a la izquierda de Russo, lo haría sin problema. En cambio si le pedís que lleve a cabo el trabajo de Alejandro (Sabella) que era el organizador, no sé. Eso tal vez es más para Riquelme. Es una pena que se haya retirado y no haya quedado ninguno de sus características.
-Entre esos laburos, estuviste dos años trabajando en unas minas de cobre, ¿cómo te acercaron esa propuesta?
-Haber sido jugador me abrió muchas puertas, entre ellas ésta. En muchas ocasiones, como me conocen, me aparecen ofertas. Aunque uno siempre sigue con el bichito del fútbol, donde despunto el vicio siendo técnico de diferentes clubes tanto en la segunda como en la tercera división local. También tuve la oportunidad de ser gerente técnico del Coquimbo. Pero bueno, lo del trabajo en la minería fueron dos años lindos pero el proyecto ya terminó hace poquito. Ahora veremos si me vuelven a llamar.
-Puntualmente, ¿qué función cumplías?
-Era una empresa minera que se dedicaba a extraer cobre: yo era el supervisor. Hermosa experiencia.
-Digamos que, como en la cancha, estabas lejos del barro...
-Ja. Lo mío siempre ha sido la inteligencia por encima del esfuerzo. La verdad es que tenía mucha responsabilidad porque éramos 15.000 personas trabajando y varias de ellas estaban a mi cargo. Gracias a Dios no hubo ningún accidente. Es un trabajo sacrificado, del que viven varias familias. Quizá me convoquen de nuevo cuando se reactive la segunda etapa.
-¿No te daba temor después de ver aquel hecho que sufrieron los 33 mineros en San José hace cuatro años? (NdeR; quedaron atrapados durante 77 días, 700 metros bajo tierra, tras un derrumbe).
-Lo que pasa es que es totalmente diferente porque ellos hacían un trabajo subterráneo y lo nuestro era a cielo abierto en una minera escondida en Antofagasta. Nosotros explotábamos el mineral. Luego se carga y se descarga en camiones, lo procesa, se separa el cobre del oro y de la plata; y luego se transporta en barcos hacia diferentes lugares del mundo.
-Volvamos al fútbol, los 10 de tu estilo están en extinción aunque ahora apareció Lodeiro en Boca, ¿lo ves parecido o diferente?
-Sinceramente no sé si amerita la comparación... El muchacho cuenta con una zurda exquisita... Es bueno y le deseo lo mejor en Boca, en donde he tenido la suerte de quedar en la historia.
-¿Cree que le queda bien la 10 al uruguayo?
-Y sí, por algo se la dieron. Tampoco le pueden tirar toda la responsabilidad a él. Es un gran jugador que viene haciendo las cosas de buena manera.
-¿Por qué ha mutado la función del enganche?
-Porque aparecieron esos loquitos con el chamuyo de la preparación física. De hecho, Riquelme podría haber jugado 10 años más con la velocidad mental que demostró siempre. Cuando él tocaba, habilitaba a un tipo a 40 metros o te metía un pase entrelíneas y dejaba mano a mano a un compañero. Pero fueron matando al enganche con otras posiciones diferentes, como la de volantes mixtos. Sin embargo, a los que nos gusta el buen fútbol extrañamos algunas cosas de los 70 y 80.
-¿Román daba más con ese tipo de futbolista y el uruguayo Lodeiro es más moderno?
-Claro que sí. Si a Lodeiro lo hacés jugar como a mí en Estudiantes, a la izquierda de Russo, lo haría sin problema. En cambio si le pedís que lleve a cabo el trabajo de Alejandro (Sabella) que era el organizador, no sé. Eso tal vez es más para Riquelme. Es una pena que se haya retirado y no haya quedado ninguno de sus características.
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