La increíble cábala de Riquelme en el Boca de Bianchi

El Boca de Carlos Bianchi está repleto de historias. Más de dos décadas después de haber conquistado América, varios de sus protagonistas suelen desempolvar los recuerdos y revelar detalles inéditos de la intimidad de aquel equipo. Siempre queda algún pormenor desconocido en el tintero. Y esta vez salió de Jorginho Paulista, exlateral brasileño que tuvo un paso fugaz por el club, quien reveló una increíble cábala de Juan Román Riquelme en las concentraciones.

“Era un gran personaje del plantel. Román estaba lesionado. no jugaba siempre y fue reemplazado por Walter Gaitán. Bianchi estaba buscando alternativas ante su ausencia. También utilizaba a Omar Pérez o al Chango Giménez. Román en el vestuario era centrado y ubicado, tenía 24 años cuando llegué. Recuerdo que me decía: ´Negro, quedate tranquilo que vas a jugar´. Teníamos una buena relación, porque algunas veces me acercaba a mi casa”, expresó el ex-Vasco da Gama sobre su cercanía con el ídolo de Don Torcuato.

Además, en la extensa charla con Lucas Gatti en Infobae, el puntero brasileño ahondó sobre los almuerzos que solían organizar varios referentes del plantel azul y oro en La Bombonera: “Recuerdo que todos los miércoles hacíamos un asado adentro del predio de entrenamiento. Pero no era para todos, sino para un grupo reducido. Estaban los más experimentados y amigos de Román. Antes de la comida, me pedía que me sumara y un día, durante uno de sus asados, reveló: ´Fuimos campeones de la Libertadores del 2000 comiendo milanesas´”.



Consultado sobre cómo ingresaba sin problemas la comida al hotel, Paulista explicó el plan encabezado por Riquelme: “Por la puerta de servicio. El delivery subía en ascensor hasta las habitaciones y empezaba a repartir para los jugadores. No para todos. Sino para 15 jugadores. Comían Román, el Chelo Delgado, Cristian Traverso, entre otros. Fue la cábala durante toda la Copa Libertadores 2000, cuando jugábamos de local. No es normal para un atleta comer este tipo de alimentos la noche previa a los encuentros”.

Y siguió: “El conductor manejaba desde Don Torcuato, la localidad donde vivía Riquelme. Llegaba y tenía todo arreglado con él. El chico se metía al elevador y repartía la comida en cada una de las habitaciones; así todos los partidos. El Virrey no lo sabía (risas). Y, si lo sabía, no decía nada, porque el que organizaba todo era Román, que después en la cancha rendía”.

El día que Traverso agarró del cuello a Paulista en Boca

Además del ritual del hoy vicepresidente xeneize y compañía, el exlateral, al que le costó mucho adaptarse y solo estuvo siete meses en la institución, habló del momento en que se sacó chispas con Traverso: “Fue contra San Lorenzo de visitante, por el torneo Apertura 2001; perdimos 1 a 0. El primer tiempo fue caliente, se jugó muy fuerte. Yo no comprendía por qué no podía pasar al ataque. Traverso jugaba de volante por la izquierda y yo era el lateral por ese sector. Entonces, me proyectaba continuamente. Al término de los primeros 45 minutos, en el vestuario, me dijo: ´Espera un poco más para pasar al ataque, no te mandes siempre´. Yo lo mandé al carajo”.

Y concluyó sobre aquel momento caliente: “Vino enojado y me agarró del cuello. Yo comprendí su calentura. Cristian era de los mejores amigos que tenía en el plantel. Una persona a la que yo ya le tenía respeto antes de ir a Boca. Llegué con 21 años y en ese partido estaba un poco nervioso. Era un clásico. Él vino, me agarró y me dijo que me callara la boca (risas)”.

La divertida anécdota del Boca de Bianchi... ¡con lechón y cerveza!

En Superfútbol, el exfutbolista develó que más allá de la profunda preparación que se dedicó de cara a la final con el Merengue en tierras niponas, que el conjunto de La Ribera terminaría ganando por 2-1, ese plantel solía tomarse ciertas "licencias" en cuanto a las comidas, porque, según contó, eso colaboraba con la conformación del grupo y era parte clave del rendimiento posterior en la cancha.

"Nosotros los miércoles comíamos asado con los empleados, con los cancheros. Atrás de los carteles de la Bombonera poníamos una parrillita en el piso y comíamos asado, eso era Boca. Por eso después vas y le ganas a estos tipos (Real Madrid)", confesó Traverso.



Asimismo, el siete veces campeón con Boca se sumergió de lleno en cómo eran esas reuniones y además destacó que el propio Bianchi estaba al tanto, pero que nunca se opuso porque "sabía que nos íbamos a desvivir por él en la cancha".

"Carlos (Bianchi) sabía que nosotros nos quedábamos en el doble turno a comer lechón, con cerveza a lo mejor. Pero después te agarraba el Profe (Julio) Santella y te decía ´hace 10 pasadas´, y nosotros no hacíamos 10, hacíamos 20, porque sabíamos que habíamos estado mal en comer el lechón, pero era necesario para nosotros", concluyó.