
notasdefutbol.com
RIQUELME

A ritmo de Tango: Riquelme despunta y siembra polémica
Boca tenía que ganar. Tigre le había hecho tres a River en casa y un tropiezo suponía dejar el liderato del Apertura.
La Bombonera vibraba en un clásico que poco antes de cumplirse el cuarto de hora de la reanudación estaba salpicado de polémica arbitral. El árbitro Pablo Lunati señaló un incomrprensible penalti a favor de los locales para incredulidad de Racing. Riquelme no tuvo piedad pero poco después Franco Sosa devolvió el golpe con un frentazo sólido y certero a la salida de un córner. Entonces cayó un balón del cielo, Riquelme la empaló de diestra y puso al Xeneize de nuevo por delante. Luego llegó la polémica.
Genio y figura, Riquelme volvió a demostrar su condición genuina, de nuevo hizo gala de ese carácter que en ocasiones le hace actuar como si estuviera encima del bien y del mal. Crecido por el partido que estaba haciendo se fue directo a una de las plateas más caras del estadio, prácticamente a pie de césped, y recriminó a un hincha en su celebración, señalándole con furia, los insultos que le había brindado a él y a otros compañeros hasta ese momento. Casi acto seguido el chico recibió la reprimenda de casi todos los hinchas que estaban a su alrededor, teniendo que intervenir la policía para sacar de ahí al chaval.
Lo peor ha sucedido este lunes. La fiscalía de La Boca va a intervenir en el caso, para investigar por qué razones tuvo que intervenir la policía. Al jugador le puede caer una sanción de inhabilitación e incluso se podría llegar a inhabilitar La Bombonera. Riquelme, fiel a sus creencias, no ha mostrado arrepentimiento público, simplemente se ha limitado a decir que nadie tiene derecho a insultarle cuando hace su trabajo y que él lo único que hizo fue celebrar su gol delante de quien le había gritado sin parar. El aficionado, que está en una de las zonas más valoradas del estadio, no quiere que sancionen a Riquelme y niega que insultara a la estrella bostera, afirmando que sólo le animó pidiendo que echara más arrestos en el campo.
Esta polémica ha abierto un debate en Argentina. ¿Merece Riquelme ser sancionado? ¿Dónde está el límite de los hinchas? ¿Tienen derecho los futbolistas, como otros trabajadores, a recriminar a los que les insultan cuando desarrolllan sus labores? Las opiniones son diversas. Muchos censuran la creciente irritabilidad que se respira en las canchas de este país, pero nadie piensa que sea motivo suficiente para que se justifique la actitud de Román, a pesar de que son pocos los que piden una sanción. No obstante, en lo que todo el mundo coincide es en que sí podía haber recibido tarjeta amarilla, lo que le hubiera acarreado sanción para la próxima fecha, siendo ésta un motivo más para que estallen las quejas en el seno de la plantilla de San Lorenzo, por las últimas actuaciones arbitrales que está teniendo el Xeneize.
En teoría, debemos confiar en que Riquelme acabe el torneo. Lo contrario sería una pérdida para el fútbol, debido al gran momento que está atravesando el enganche, que después de un titubeante arranque tras el oro olímpico en Pekín, ha justificado su privilegiada situación económica en el fútbol argentino, mostrándose como el futbolista más decisivo del campeonato. A falta de dos jornadas para el final, Boca roza el Apertura con las yemas de los dedos. Tigre queda a dos puntos, Lanús a cuatro y San Lorenzo, por el momento a cinco, aunque el Cuervo tiene que terminar por disputar el clásico ante Huracán, que se suspendió el sábado por la intensa lluvia que sacudía Buenos Aires. Por el momento, el duelo barrial entre Boedo y Parque Patricios, va 1-0 para el Globo, aunque el conjunto de Ángel Cappa tiene un futbolista menos, con 75 minutos por delante. Si Huracán ganara a los azulgranas les dejaría prácticamente sin opciones a un título que en la primera parte del campeonato parecía tener en las manos. La remontada de Boca ha sido tremenda y después de dos campañas en blanco, con Riquelme luciéndose como en los buenos tiempos, está a un paso de campeonar de nuevo en un torneo local.
Lo peor ha sucedido este lunes. La fiscalía de La Boca va a intervenir en el caso, para investigar por qué razones tuvo que intervenir la policía. Al jugador le puede caer una sanción de inhabilitación e incluso se podría llegar a inhabilitar La Bombonera. Riquelme, fiel a sus creencias, no ha mostrado arrepentimiento público, simplemente se ha limitado a decir que nadie tiene derecho a insultarle cuando hace su trabajo y que él lo único que hizo fue celebrar su gol delante de quien le había gritado sin parar. El aficionado, que está en una de las zonas más valoradas del estadio, no quiere que sancionen a Riquelme y niega que insultara a la estrella bostera, afirmando que sólo le animó pidiendo que echara más arrestos en el campo.
Esta polémica ha abierto un debate en Argentina. ¿Merece Riquelme ser sancionado? ¿Dónde está el límite de los hinchas? ¿Tienen derecho los futbolistas, como otros trabajadores, a recriminar a los que les insultan cuando desarrolllan sus labores? Las opiniones son diversas. Muchos censuran la creciente irritabilidad que se respira en las canchas de este país, pero nadie piensa que sea motivo suficiente para que se justifique la actitud de Román, a pesar de que son pocos los que piden una sanción. No obstante, en lo que todo el mundo coincide es en que sí podía haber recibido tarjeta amarilla, lo que le hubiera acarreado sanción para la próxima fecha, siendo ésta un motivo más para que estallen las quejas en el seno de la plantilla de San Lorenzo, por las últimas actuaciones arbitrales que está teniendo el Xeneize.
En teoría, debemos confiar en que Riquelme acabe el torneo. Lo contrario sería una pérdida para el fútbol, debido al gran momento que está atravesando el enganche, que después de un titubeante arranque tras el oro olímpico en Pekín, ha justificado su privilegiada situación económica en el fútbol argentino, mostrándose como el futbolista más decisivo del campeonato. A falta de dos jornadas para el final, Boca roza el Apertura con las yemas de los dedos. Tigre queda a dos puntos, Lanús a cuatro y San Lorenzo, por el momento a cinco, aunque el Cuervo tiene que terminar por disputar el clásico ante Huracán, que se suspendió el sábado por la intensa lluvia que sacudía Buenos Aires. Por el momento, el duelo barrial entre Boedo y Parque Patricios, va 1-0 para el Globo, aunque el conjunto de Ángel Cappa tiene un futbolista menos, con 75 minutos por delante. Si Huracán ganara a los azulgranas les dejaría prácticamente sin opciones a un título que en la primera parte del campeonato parecía tener en las manos. La remontada de Boca ha sido tremenda y después de dos campañas en blanco, con Riquelme luciéndose como en los buenos tiempos, está a un paso de campeonar de nuevo en un torneo local.
MÁS NOTICIAS DE RIQUELME