20 años del OK con Boca por Riquelme

Juan Román Riquelme llegó al Barça en verano de 2002, después de más de un año de tira y afloja entre el club barcelonista y Boca Juniors. El principio de acuerdo para su fichaje (rubricado definitivamente más tarde, en el mes de julio) tuvo lugar en enero de 2022: concretamente, el día 16 ambas entidades acordaron poner en marcha el traspaso de la gran promesa ‘xeneize’, considerado el sucesor de Maradona, cuando nadie era aún consciente de que tal heredero ya estaba en las categorías inferiores del Barça. Mundo Deportivo dio la primicia del OK para el fichaje del jugador, autodeclarado fan ‘bostero’ (hincha de Boca), pese a que salió mal de su club.

Después de la salida de Louis van Gaal en 2000, como consecuencia de la marcha de Josep Lluís Núñez como presidente, la nueva directiva del FC Barcelona, presidida por Joan Gaspart, puso los ojos en el mercado argentino para iniciar un proyecto de futuro. En 2001 ficharon a Javier Saviola, de River Plate, y comenzaron a pensar en el ídolo del otro gran equipo bonaerense, Boca Juniors, el club de Maradona: Juan Román Riquelme, o Román, como a él le gustaba que le llamasen.

Román había sido el gran héroe del triunfo de Boca frente al Real Madrid en la Copa Intercontinental de 2000, lo que le hacía muy interesante a los ojos del barcelonismo. Era la estrella del Boca de Carlos Bianchi y en la directiva de Gaspart había una corriente favorable a la llegada de ambos: Bianchi para el banquillo y Riquelme como líder.



Saviola llegó en el verano de 2001 como una gran estrella, ganador y mejor jugador del Mundial Sub-20 de aquel año. Para fichar a Riquelme hubo que esperar, pese a que Román ya había comenzado a tener diferencias con la directiva de su club, donde aún tenía ficha (y salario) juvenil pese a tener 23 años. Finalmente, Gaspart fichó a Román por unos 13 millones de euros.

El desengaño de Román

Pero Riquelme no encontró en Barcelona el ecosistema que seguramente esperaba. El entrenador no iba a ser Bianchi. Ni siquiera Rexach, que siendo entrenador había bendecido el fichaje, sino otra vez Louis van Gaal, traído por sorpresa por Gaspart. Y Van Gaal, pese a la eufórica puesta en escena de la presentación del jugador, el 15 de julio, le dejó claro que él no lo había pedido, según desveló años más tarde el propio Román. Incluso se especuló con una posible cesión.

No salió cedido, pero a las órdenes de Van Gaal jugó intermitentemente. Antic tampoco creyó en él tras la marcha de Louis y, con la llegada de Rijkaard después del triunfo electoral de Laporta, el Barça desvió su mirada de Argentina. Al menos de forma temporal. Riquelme marchó, primero cedido y después traspasado, al Villarreal, donde sí tuvo éxito.