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RIQUELME
28/11/2015 VIDEO: 21 años del recital de Riquelme al Real Madrid
La victoria le dio al, entonces equipo de Carlos Bianchi, su segunda intercontinental.
Tal día como hoy, hace 15 años, todas las miradas futbolísticas del mundo se posaban en un punto, el estadio Nacional de Tokyo, donde los campeones de America del Sur y Europa, se veían un año más las caras para enfrentarse por la Copa Intercontinental.
Ese año, los dos equipos que se iban a disputar el título, eran el Boca Juniors de Argentina y el Real Madrid de España, que llegó al partido como máximo favorito, papel este que duró solo unos minutos desde que se inició el partido.
Comenzó el partido el Madrid, con un saque de inicio que realizaron Guti y Raúl, pero fue poco después de este momento, cuando Boca sorprendió a todos con un gol de Martín Palermo en el minuto 3 de partido. La jugada fue muy rápida, un pase largo buscando a Marcelo Delgado en la banda izquierda, que pilló dormida a la defensa blanca, que ese día la formaban Hierro, Karanka y en esa banda, al que le tocaba estar era a Geremi. Delgado solo tuvo que levantar la cabeza y darle el gol en bandeja al loco Palermo, que entró solo al remate.
Tres minutos, fueron los que tardó en abrir Boca el marcador, pero otros tres fueron los que se necesitaron para hacer el segundo tanto, de nuevo la defensa del Madrid se mostró despistada y Riquelme lo aprovechó para lanzar un pase en profundidad desde mas de 40 metros a Palermo, que le ganó la espalda a Geremi y batió a Iker Casillas con un disparo certero, típico gol de este delantero, que acabó convirtiéndose en el máximo goleador de la historia de Boca Juniors.
Desde ese momento la final ya estaba hecha, el Real Madrid recortó rápido distancias, con un gran gol de Roberto Carlos, que previamente disparó también contra el palo, pero Boca ya era campeón a pesar de que todavía quedaban mas de 70 minutos, algo que sabía perfectamente su 10, el mejor jugador de la historia de Boca, Juan Román Riquelme.
Lo que hizo aquella noche el de San Fernando fue un completo espectáculo, una colección de pases, de regates, volvió loco a todo el equipo madrileño y dio una clase magistral de como se maneja un partido desde el centro del campo, siempre fiel a su estilo calmado, para recordar y mostrar en todas las escuelas de fútbol.
También habría que destacar en el partido, aparte de la gran actuación de Riquelme y el doblete de Palermo, el gran partido del lateral Hugo Ibarra, que en la sombra hizo un partido completísimo.
Comenzó el partido el Madrid, con un saque de inicio que realizaron Guti y Raúl, pero fue poco después de este momento, cuando Boca sorprendió a todos con un gol de Martín Palermo en el minuto 3 de partido. La jugada fue muy rápida, un pase largo buscando a Marcelo Delgado en la banda izquierda, que pilló dormida a la defensa blanca, que ese día la formaban Hierro, Karanka y en esa banda, al que le tocaba estar era a Geremi. Delgado solo tuvo que levantar la cabeza y darle el gol en bandeja al loco Palermo, que entró solo al remate.
Tres minutos, fueron los que tardó en abrir Boca el marcador, pero otros tres fueron los que se necesitaron para hacer el segundo tanto, de nuevo la defensa del Madrid se mostró despistada y Riquelme lo aprovechó para lanzar un pase en profundidad desde mas de 40 metros a Palermo, que le ganó la espalda a Geremi y batió a Iker Casillas con un disparo certero, típico gol de este delantero, que acabó convirtiéndose en el máximo goleador de la historia de Boca Juniors.
Desde ese momento la final ya estaba hecha, el Real Madrid recortó rápido distancias, con un gran gol de Roberto Carlos, que previamente disparó también contra el palo, pero Boca ya era campeón a pesar de que todavía quedaban mas de 70 minutos, algo que sabía perfectamente su 10, el mejor jugador de la historia de Boca, Juan Román Riquelme.
Lo que hizo aquella noche el de San Fernando fue un completo espectáculo, una colección de pases, de regates, volvió loco a todo el equipo madrileño y dio una clase magistral de como se maneja un partido desde el centro del campo, siempre fiel a su estilo calmado, para recordar y mostrar en todas las escuelas de fútbol.
También habría que destacar en el partido, aparte de la gran actuación de Riquelme y el doblete de Palermo, el gran partido del lateral Hugo Ibarra, que en la sombra hizo un partido completísimo.
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Juan Román Riquelme no fue solo un futbolista: fue un artista del mediocampo, un símbolo de Boca Juniors y un ícono del fútbol argentino.
Juan Román Riquelme no solo fue un maestro con la pelota, también lo fue con las palabras. Ídolo de Boca Juniors y referente eterno del fútbol argentino, sus frases quedaron grabadas en la memoria colectiva.
