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La temporada de Osvaldo: lesiones, caprichos, poco fútbol y ni siquiera un gol

La temporada de Osvaldo: lesiones, caprichos, poco fútbol y ni siquiera un gol
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¿Cuánto sabes de Riquelme?

Desde que regresó a Boca en enero, apenas jugó cuatro de los 12 partidos oficiales; el delantero no convirtió ni logró destacarse en la promocionada dupla con Carlos Tevez

Daniel Osvaldo regresó a Boca hace dos meses y medio como la contratación estelar de un mercado de pases austero. La sed de revancha personal y el hecho de darle el gusto a Carlos Tevez de volver a jugar con su amigo se impusieron a una evaluación más centrada de la situación por parte de la Comisión Directiva.

Hoy, 73 días después, el equipo xeneize sigue esperando por Osvaldo . La alarmante falta de gol precisa de un delantero que convierta con frecuencia. Pero cuestiones burocráticas, una puesta a punto tardía, lesiones, decisiones erróneas y prolongadas rehabilitaciones dinamitaron el camino del delantero hacia la plenitud física. En este primer trimestre del año, el Nº 9 no marcó goles, jugó apenas el 25 por ciento de los partidos que disputó el club (4 de 12) y tiene inasistencia perfecta en el objetivo más importante de Boca: la Copa Libertadores.

'Soy el mismo de siempre... si la prensa me deja en paz, vamos a ser más felices', disparó sin anestesia el 8 de enero último, cuando fue presentado (otra vez) como refuerzo de Boca. Aun cuando gran parte de 'la prensa' optó por 'dejarlo en paz' y no hacerle marca personal a su vida privada, el delantero está muy lejos de esa felicidad que pronosticó aquel mediodía en Cardales.

¿Qué hizo Osvaldo entonces desde su regreso? Poco y nada. Su arribo a la pretemporada se demoró por una serie de trabas en las negociaciones con el Porto. Eso derivó en que su puesta a punto se retrasara y su debut recién se produjera en el primer Superclásico del año, el 23 de enero en Mar del Plata. El partido terminó 1-0 en favor de River, y la actuación del delantero fue mala. Encima, en un duelo muy caliente, quiso ganar el partido a lo guapo y terminó con una denuncia penal. El abogado y ex juez de instrucción porteño Mariano Bergés, en su calidad de presidente de la ONG 'Salvemos al Fútbol', lo acusó por el delito de 'incitación a la violencia colectiva' (tiene una pena de entre tres y seis años de prisión), como consecuencia de diversos gestos hostiles que les dedicó, junto con Daniel Díaz, a los hinchas millonarios. Tres días después, el delantero no se entrenó a la par del plantel xeneize por una sobrecarga muscular.

Osvaldo recién volvió a vestir la camiseta azul y oro el 4 de febrero en Córdoba, para la final de la Supercopa Argentina. Su actuación (ingresó en el segundo tiempo) fue aceptable, pero el lapidario 0-4 ante San Lorenzo opacó todo.

Parecía que el Nº 9 estaba listo para la seguidilla de partidos que le esperaban al equipo en el agitado calendario, pero al domingo siguiente, y después del 0-1 contra Atlético Tucumán en la Bombonera, el cuerpo médico del club anunció que Osvaldo había sufrido la fractura del quinto dedo de su pie izquierdo. Aunque tres días después, y sin mucha explicación, los mismos profesionales se rectificaron y dijeron que la lesión era en el pie derecho.

Entonces llegó una decisión absurda que nadie contradijo. Un capricho y un esfuerzo que aún hoy parecen haber sido innecesarios: la doble infiltración para enfrentar a San Martín de San Juan, con la excusa de poner la cara e intentar defender al entonces cuestionado entrenador Rodolfo Arruabarrena. A pesar del triunfo, las consecuencias fueron lógicas: su lesión en el quinto metatarsiano del pie derecho se agravó. El jugador regresó a Buenos Aires llorando y con un dolor inmenso. La rehabilitación no sólo se había interrumpido, sino que el cuadro era peor.

El silencio de todas las partes involucradas y el misterio que rodeó al protagonista invitó a los rumores más variados, que viajaron desde nuevos conflictos sentimentales hasta irresponsabilidades profesionales. Una a su favor: Osvaldo captó el mensaje de la dirigencia y bajó su perfil mediático. Desde su vuelta, apenas apareció en algunas selfies que le tomaron durante el recital de los Rolling Stones y en un puñado de recitales.

El cambio de entrenador llegó con una decisión: no contar con el futbolista hasta que no estuviera en óptimas condiciones. Recién cuando los médicos dieron el OK, Osvaldo trabajó bajo las órdenes de Javier Valdecantos en lo físico, y recién hace una semana se sumó al plantel que ahora conducen Guillermo y Gustavo Barros Schelotto .

Un mes y tres días después, Daniel Osvaldo volvió a pisar el césped de un estadio vestido como futbolista. Sin embargo, su actuación pasó desapercibida. Tocó el balón en 43 ocasiones. Hizo 25 pases (20 correctos), recibió una falta y cometió dos. Aunque el dato más alarmante es que en los 90 minutos de juego no tuvo ocasiones de gol y apenas pateó al arco una vez, desde fuera del área. Demasiado poco.

Quizás este breve receso le permita al delantero tomar ritmo de competencia, aun cuando no haya partidos a la vista hasta el 3 de abril. Como bien dijo ante los medios tras el encuentro en el Sur, 'se vienen dos semanas para trabajar bien, tanto en lo físico como en lo táctico, y además sirven para reflexionar'. Lo que sí es claro es que si Osvaldo quiere seguir siendo el Nº 9 de Boca después de junio, algo tendrá que hacer dentro del campo de juego para demostrarlo. Y en principio deberá reencontrarse pronto con la red: marcó dos goles en los últimos 10 meses (uno en Boca, el 28 de mayo ante Huracán, y otro en Porto, el 4 de octubre frente a Belenenses). Al fin y al cabo, para eso lo llamaron.



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