LIVERPOOL

El Liverpool vuelve a reinar en la Champions League

El Liverpool vuelve a reinar en la Champions League
lavanguardia.com
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El equipo de Klopp supera a un Tottenham muy digno, castigado en el minuto uno por un penalti transformado por Salah y que no tiró la toalla hasta la sentencia de Origi.

Empezaban a decir del gran Jürgen Klopp que era un loser porque venía de perder seis finales.

El alemán sonrió enseñando su perfecta dentadura (siempre lo hace) cuando se lo recordaron el viernes, a 24 horas del partido, como si no entendiera que alguien siquiera le planteara la cuestión. Tenía razón el entrenador de los reds. Casi siempre la tiene. Cómo calificar de perdedor a un tipo como él, que ha transformado al Liverpool como lo hizo Ronaldinho con el Barça, volteándolo de arriba abajo, reestableciendo su viejo orgullo de equipo grande, levantando su estado de ánimo.

Ganó el Liverpool su sexta Copa de Europa y lo hizo ante un adversario magnífico, un Tottenham que se estrenaba en una final de Champions y que fue penalizado con un penalti en el primer minuto. Acumularon muchos milagros los de Pochettino esta temporada hasta llegar a Madrid. Pero a este no lograron reponerse. Lo intentaron. Y fue emotivo verles volcados en busca del empate en la segunda parte. Fue significativo que al sonar el pitido final los jugadores del Liverpool corrieran a abrazarse al portero Alisson. La final del año pasado la perdieron por comparecer sin guardameta, una calamidad llamada Karius. Tomaron nota y en esta no cometieron el mismo error.

Alisson mejoró las prestacones de Karius el año pasado

El partido empezó de película para el Liverpool como se ha dicho. Siempre van con prisas los de Klopp. Mané cazó la pelota enseguida y su centro al corazón del área lo interceptó Sissoko, incomprensiblemente con el brazo extendido. El árbitro señaló penalti pese a las dudas que provocaban las repeticiones que devolvían los monitores del estadio. Salah lo transformó con rabia de un zurdazo.

El Tottenham trató de no descomponerse. Es un equipo experto en la materia. Le ha pasado de todo este año. Se agruparon los de Pochettino alrededor del balón para recuperar la moral. Tienen gente para hacerlo, en especial el mediocentro Harry Winks, pero también Eriksen y Alli. Sucedió que esa prometedora alianza apenas conectó con Kane, sin ritmo de competición (era su primer partido desde inicios de abril) o con el coreano Son. El Liverpool, con el viento a favor, decidió dar un paso atrás y seleccionar más sus ataques. Alexander-Arnold, con un disparo lejano y raso, lo intentó como hace siempre, convirtiendo la banda derecha en una vía de altísima velocidad. Le imitó Robertson en el otro andén, con una acción simétrica que requirió de una gran mano de Lloris.



Para entonces el partido se había vulgarizado momentáneamente. El gol inicial no derivó en un partido trepidante, al menos hasta el descanso. Quizás fue el calor de Madrid, insoportable, pero lo cierto es que las acciones se amodorraron, entró el duelo en una fase de imprecisiones muy propia de las finales. No pasó nada, hay que subrayarlo también, porque la defensa del Liverpool, comandada por el gigante Van Dijk, escogido mejor jugador de la final, no deja que corra el aire, compacta como el granito. En el Liverpool trabajan todos, por eso echaron al Barça de la competición. ¿Recuerdan?

En la segunda mitad se animó la cosa. Responsabilizados por el pésimo espectáculo, impropio de las épicas semifinales que escribieron para la historia, ambos equipos dejaron la cautela en la caseta. Más el Tottenham, obligado por el resultado, pero también el Liverpool, negándose a defender la ventaja y nada más. El intercambio de golpes no fue memorable de entrada pero al menos despertó al Metropolitano..



La respuesta de Pochettino viendo que el empuje no bastaba, que pasaban los minutos como lo hacen cuando se pierde, a la velocidad de la luz, fue dar entrada a Lucas Moura, el héroe de Amsterdam, así que el Tottenham se afiló definitivamente con cuatro atacantes.




El Liverpool intentó seguir a lo suyo pero solo Milner, que entró por Wijnaldum, acarició la sentencia con un chut que rozó el poste. Se abrió el partido, desapareció el centro del campo y se britanizó la noche. El Tottenham inició un auténtico acoso. Dele Alli, en buena posición, fue demasiado delicado con un remate que Alisson blocó sin problemas. Son galopó para quedarse en la orilla, de nuevo Alli lo intentó esta vez de cabeza; y Son, hiperactivo, en el borde del área, y Lucas Moura, y Eriksen con un trallazo... Hasta Llorente entró en escena... Pero se volcaron tanto los spurs que Origi aprovechó un córner mal defendido para marcar. Suele pasar.

Héroe inesperado del Liverpool también en semifinales, el belga encarna la fuerza del colectivo, esa en la que todos los jugadores de un grupo se sienten útiles. Es ese el mérito de Klopp. También el de Pochettino, pero esta vez el equipo de los milagros no pudo con Klopp.

Ficha técnica
Tottenham, 0 - Liverpool, 2

Tottenham: Hugp Lloris, Kieran Trippier, Toby Alderweireld, Jan Vertonghen, Danny Rose; Moussa Sissoko (Eric Dier, m.74), Harry Winks (Lucas Moura, m.65); Dele Alli (Fernando Llorente, m.81), Christian Eriksen, Son Heung Min y Harry Kane.


Liverpool: Alisson Becker; Trent Alexander Arnold, Joel Matip, Virgil Van Dijk, Andrew Robertson; Jordan Henderson, Fabinho, Georginio Wijnaldum (James Milner, m.62), Mohamed Salah, Roberto Firmino (Divock Origi, m.58) y Sadio Mané.

Goles: 0-1, m.2: Salah, de penalti; 0-2, m.87: Divock Origi

Árbitro: Damir Skomina (SVN)

Incidencias: final de la sexagésima cuarta edición de la Liga de Campeones disputada en el estadio Wanda Metropolitano de Madrid ante unos 67.800 espectadores.

Antes del inicio del encuentro se guardó un minuto de silencio en memoria de Jose Antonio Reyes, exjugador del Sevilla, Arsenal, Real Madrid, Atlético Madrid, entre otros, muerto este sábado en accidente de tráfico.

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