
lanacion.com.ar
CARLOS TEVEZ

Un remate cada 75 minutos
Un reflejo del mal momento de Carlos Tevez en Boca.
Serio, el Apache sólo sonrió con los goles de Wanchope.
Carlos Tevez sabe que está muy por debajo del nivel que alguna vez supo exhibir. Por eso es que su sonrisa, marca registrada, aparece a cuentagotas en su rostro.
Su salida, a media hora del epílogo del partido con Unión, en la Bombonera y con el resultado 0 a 0, no hace más que desnudar algo demasiado evidente. Frente a la necesidad de ganar, y con la determinación que le faltó en Barranquilla, Guillermo Barros Schelotto sacó al Nº 32 y lo puso a Gonzalo Maroni. El ingreso del joven cordobés mejoró la dinámica del equipo y entonces llegaron los goles de Ramón Ábila, el triunfo y el alivio.
Nunca antes desde que volvió de China había ocurrido lo de ayer. Un Tevez más espectador que jugador que solo sonrió cuando su amigo Wanchope marcó los dos tantos que sentenciaron la victoria y aseguraron el primer puesto de Boca en la Superliga.
Ni enganche, ni N° 9. Ni capitán, ni emblema. Ni explosivo, ni cerebral. Tevez está a años luz de su mejor versión. Su presente es un pariente muy lejano de aquel que volvió en 2015 subcampeón de la Champions League y bicampeón de Italia con Juventus, y que construyó una década de éxitos en Europa.
Las estadísticas son inapelables. En la Superliga, el hombre nacido en Fuerte Apache jugó 9 partidos, de los cuales en seis fue reemplazado. Solo marcó tres goles -dos de cabeza y uno de derecha-, y pateó 10 veces al arco (un remate cada 75 minutos). Sus datos en la Libertadores no varían demasiado. Cuatro partidos jugados, un gol y tres remates al arco (uno cada 95 minutos).
#FOXGol | Guillermo sobre la salida de Carlos Tevez por Maroni: "Salió porque necesitábamos frescura y velocidad, fue decisión mía sacarlo" pic.twitter.com/sORoId5AfZ
— FOX Sports Argentina (@FOXSportsArg) 6 de mayo de 2018
¿Es Tevez el único responsable de esta situación? Claramente no. Se le reclama que no juega en 'su posición habitual' y nadie explica con claridad cuál es ese sector del campo de juego. El único momento en el que se sintió cómodo de 2016 a la actualidad fue en diciembre de aquel año, cuando gracias al regreso de Fernando Gago desplegó su mejor juego, sobre todo frente a River. Luego, emigró a China.
Cuando Daniel Angelici anunció a comienzos de 2018 que repatriaba una vez más a Tevez se destacaron dos hechos: que su regreso beneficiaba más al futbolista que al equipo y que su presencia alteraría inexorablemente la tranquilidad que supo construir el plantel. Al Mellizo no le quedó otra alternativa. 'Tevez sabe que, si viene, va a venir a sumar y no a restar', le decía Guillermo en noviembre de 2017 a la nacion, cuando el operativo retorno ya estaba en marcha. Y ayer no dudó en reemplazarlo. 'La decisión fue mía'; dijo el DT en la conferencia de prensa'. Sin embargo, es un matrimonio por conveniencia. Tras la salida de Arruabarrena, Tevez quería a Jorge Sampaoli. Y su ilusión es que en el futuro mediato sea su amigo Gabriel Heinze el que desembarque en Brandsen 805.
A cuatro meses de ese instante, la realidad ratifica aquellas presunciones. El Apache no encuentra su lugar. Ni en el campo de juego, ni en el vestuario, donde se le respeta su trayectoria pero se lo mira de reojo por su amistad con el poder, ya sea Daniel Angelici, Claudio Tapia y el mismísimo Mauricio Macri (todos presentes en su casamiento de hace 14 meses, en Uruguay).
Tras su partida a China, Tevez es consciente que sigue en deuda con los hinchas, que lo aplauden y aguardan que el ídolo recupere su fuego sagrado. Pero las oportunidades siguen pasando. Fue una sombra en la final de la Supercopa frente a River y tampoco se destacó ante Junior, en Barranquilla, donde Boca se jugó buena parte de su futuro en la Libertadores, esa que sueña con levantar antes de retirarse.
MÁS NOTICIAS DE CARLOS TEVEZ