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CARLOS TEVEZ

Boca: ¿Y a Tevez quién lo ayuda?
Carlos Tevez no arrancó bien el año.
Está impreciso con la pelota, le cuesta generar peligro y encontrar su mejor lugar en el campo de juego, hasta pareciera que físicamente no está en forma óptima.
l fue muy autocrítico luego del debut con Temperley y asumió la responsabilidad como pocos. Sabe que su rol es mucho más importante de lo que puede marcar una cinta de capitán, pero se siente frustrado porque Boca sufre su falta de influencia.
Es que Tevez fue demasiado determinante para que Boca festeje en 2015, tanto en el torneo local como en la Copa Argentina, a tal punto que no sólo anotó 9 tantos y aportó 5 asistencias, sino que el delantero participó activamente en 20 de los 35 goles que convirtió el equipo contando ambas competencias (no se incluyen los dos anotados ante Huracán Las Heras, ya que en mayo todavía no estaba Tevez). Es cierto que el conjunto de Rodolfo Arruabarrena había hecho una correcta primera etapa, pero el salto de calidad futbolística y de liderazgo lo aportó Tevez. Potenció el rendimiento de cada uno de sus compañeros (el mejor ejemplo fue Calleri, vendido en varios millones de dólares) y, por ende, de Boca-equipo.
Casi siempre jugó como nexo, como un falso enganche detrás de Palacios y Calleri, o como un segundo delantero, libre de posiciones fijas, pero yendo preferentemente por afuera, cuando de N° 10 aparecía Lodeiro o surgiendo por detrás de Calleri. El uruguayo y el N° 9 fueron los principales socios de Tevez, aunque para la elaboración su mejor aliado fue Pablo Pérez, con quien mejor se entendió (y se entiende en la actualidad, como en el pase filtrado que le dio ante Temperley para dejarlo mano a mano con Crivelli).
Ahora, Boca hace cuatro partidos que no puede convertir. Tevez está bajo, pero como el resto de los jugadores. Salvo la aparición de Messidoro y el empuje de Chávez, ningún futbolista logró llegar al aprobado en esta primera etapa del año. Hay un problema marcado en la generación de juego, en la búsqueda de los espacios. Arruabarrena no pide nada distinto desde lo táctico a lo del año pasado, aunque haya probado una línea de 3 en el fondo que incluso pueda llegar a utilizar el miércoles ante San Lorenzo o por la Libertadores. Pero el problema xeneize es que carece de sociedades y la ida de Calleri puede hasta ser relativa, teniendo en cuenta que si bien se entendía bien con Tevez, era el Apache quien jugaba más para el 9 que viceversa.

En la cancha de Banfield, Tevez jugó mal, pero nunca dejó de intentar. Según un informe de la empresa OPTA, tocó 70 pelotas, dio 47 pases (con una precisión del 78%), remató 4 veces (ninguna al arco), generó 4 situaciones, recibió dos faltas y cometió una. Por ser Tevez se espera mucho más, es lógico, pero aún jugando mal hizo cosas por las que cualquier futbolista medio podría destacarse. Eso sí: ganó pocos duelos individuales, apenas un 33,3% de sus 12 intentos. El tema es que, como se ve en la imagen, en esta nueva versión 2016, Tevez muchas veces aparece luchando contra tres o cuatro rivales. Y así es complicado hasta para los cracks. Busca los espacios, por momentos baja demasiado hasta la línea de Cubas (como se ve en la otra imagen) pero ya no puede generar como antes. Lo que sí se le puede reprochar son algunos excesos individuales, aunque también es lógico: ante la frustración, redobla la apuesta, insiste y no elige la mejor opción para continuar la jugada.
Osvaldo se lesionó. Gago recién está volviendo. Lodeiro está muy bajo y Chávez puede jugar mejor de frente que de espalda al arco. Pérez es quien más se acerca, aunque está intermitente. Los centrales tiran pelotazos. Los laterales pasan al ataque, pero no asisten bien. Meli choca... Boca tiene en la final con San Lorenzo un punto de quiebre para volver a ser. Pero sus problemas no pasan tanto por los resultados, sino por el funcionamiento. Si en 2015 fue Tevez quien se la pasó ayudando y potenciando al resto, ahora llegó el momento de que los compañeros lo ayuden a él a recuperar su mejor versión.
Es que Tevez fue demasiado determinante para que Boca festeje en 2015, tanto en el torneo local como en la Copa Argentina, a tal punto que no sólo anotó 9 tantos y aportó 5 asistencias, sino que el delantero participó activamente en 20 de los 35 goles que convirtió el equipo contando ambas competencias (no se incluyen los dos anotados ante Huracán Las Heras, ya que en mayo todavía no estaba Tevez). Es cierto que el conjunto de Rodolfo Arruabarrena había hecho una correcta primera etapa, pero el salto de calidad futbolística y de liderazgo lo aportó Tevez. Potenció el rendimiento de cada uno de sus compañeros (el mejor ejemplo fue Calleri, vendido en varios millones de dólares) y, por ende, de Boca-equipo.
Casi siempre jugó como nexo, como un falso enganche detrás de Palacios y Calleri, o como un segundo delantero, libre de posiciones fijas, pero yendo preferentemente por afuera, cuando de N° 10 aparecía Lodeiro o surgiendo por detrás de Calleri. El uruguayo y el N° 9 fueron los principales socios de Tevez, aunque para la elaboración su mejor aliado fue Pablo Pérez, con quien mejor se entendió (y se entiende en la actualidad, como en el pase filtrado que le dio ante Temperley para dejarlo mano a mano con Crivelli).
Ahora, Boca hace cuatro partidos que no puede convertir. Tevez está bajo, pero como el resto de los jugadores. Salvo la aparición de Messidoro y el empuje de Chávez, ningún futbolista logró llegar al aprobado en esta primera etapa del año. Hay un problema marcado en la generación de juego, en la búsqueda de los espacios. Arruabarrena no pide nada distinto desde lo táctico a lo del año pasado, aunque haya probado una línea de 3 en el fondo que incluso pueda llegar a utilizar el miércoles ante San Lorenzo o por la Libertadores. Pero el problema xeneize es que carece de sociedades y la ida de Calleri puede hasta ser relativa, teniendo en cuenta que si bien se entendía bien con Tevez, era el Apache quien jugaba más para el 9 que viceversa.

En la cancha de Banfield, Tevez jugó mal, pero nunca dejó de intentar. Según un informe de la empresa OPTA, tocó 70 pelotas, dio 47 pases (con una precisión del 78%), remató 4 veces (ninguna al arco), generó 4 situaciones, recibió dos faltas y cometió una. Por ser Tevez se espera mucho más, es lógico, pero aún jugando mal hizo cosas por las que cualquier futbolista medio podría destacarse. Eso sí: ganó pocos duelos individuales, apenas un 33,3% de sus 12 intentos. El tema es que, como se ve en la imagen, en esta nueva versión 2016, Tevez muchas veces aparece luchando contra tres o cuatro rivales. Y así es complicado hasta para los cracks. Busca los espacios, por momentos baja demasiado hasta la línea de Cubas (como se ve en la otra imagen) pero ya no puede generar como antes. Lo que sí se le puede reprochar son algunos excesos individuales, aunque también es lógico: ante la frustración, redobla la apuesta, insiste y no elige la mejor opción para continuar la jugada.
Osvaldo se lesionó. Gago recién está volviendo. Lodeiro está muy bajo y Chávez puede jugar mejor de frente que de espalda al arco. Pérez es quien más se acerca, aunque está intermitente. Los centrales tiran pelotazos. Los laterales pasan al ataque, pero no asisten bien. Meli choca... Boca tiene en la final con San Lorenzo un punto de quiebre para volver a ser. Pero sus problemas no pasan tanto por los resultados, sino por el funcionamiento. Si en 2015 fue Tevez quien se la pasó ayudando y potenciando al resto, ahora llegó el momento de que los compañeros lo ayuden a él a recuperar su mejor versión.
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