Pero el técnico Christian Meloni se va con una sensación positiva por el partidazo que hizo una de sus dirigidas: Kishi Núñez, la perla de Boca que fue la autora de los dos goles albicelestes.

El primero fue una obra de arte y, salvo que aparezca alguno mejor con el correr de las fechas, tiene todos los números para ser elegido el mejor de la cita ecuménica de Colombia 2024. Es que la joven delantera de apenas 18 años combinó en una sola jugada lo más destacado de sus grandes referentes.

La gambeta endiablaba de Neymar y la pegada de Juan Román Riquelme. Antes del cierre del primer tiempo, con el marcador ya 3-0 abajo, la oriunda de Isidro Casanova bajó la pelota en tres cuartos de cancha, se sacó de encima a una rival con un quiebre de cadera y, al ver que la arquera norcoreana estaba adelantada, no dudó en cargar la barra de potencia y rematar.

Su disparo reventó el travesaño y picó adentro. Núñez, surgida de las Inferiores de Almirante Brown y también con pasado en Argentinos, no tardó en festejar su golazo, aunque la árbitra Ivana Projkovska recién lo convalidó después de que el VAR confirmara que la pelota había cruzado en su totalidad la línea de meta.



Cerca del cierre del encuentro, volvió a sacudir las redes con un derechazo preciso y a colocar. Para muchos es una gran sorpresa nacional, pero Kishi ya es una realidad desde hace tiempo. La diferencia ya la marcaba cuando era niña y jugaba a la pelota con varones en el Club Social y Deportivo El Tambo, fundado por su tío Rubén.

Luego pegó el salto a la Fragata y también pasó por el Bicho (convirtió 61 tantos), hasta que llegó a los 16 años al Xeneize, donde demostró todo su talento y aprovechó para sacarse una foto con su ídolo Román. “Siempre me gustó cómo aguantaba la pelota mientras lo rodeaban cuatro rivales”, contó tiempo atrás. Hoy le tocó a Riquelme festejar su golazo por la TV.