Wancho de Copa

'Ya estamos de vuelta”. Así lo confirmó el propio Ramón Ábila en su cuenta de Instagram, pasadas las 12 del mediodía de ayer. Es que en la práctica matutina, Wanchope sumó el segundo entrenamiento a la par del grupo y parece haber dejado atrás el desgarro en el sóleo derecho que sufrió hace tres semanas. Una solución para Guillermo Barros Schelotto, quien podrá tenerlo en cuenta para la revancha del jueves ante Cruzeiro, en busca del pase a las semifinales. ¿Arrancará en el banco o estará desde el comienzo?

El domingo por la tarde, Ábila se entrenó por primera vez junto a quienes no fueron convocados para enfrentar a Colón, entre ellos los titulares reservados por Guillermo, como Cristian Pavón, Carlos Izquierdoz, Wilmar Barrios y Edwin Cardona. Y ayer, por segundo día consecutivo, nuevamente se movió sin ningún tipo de dosificación de trabajo o impedimentos físicos. Es más, en uno de los ejercicio de la mañana, el Melli lo posicionó de espaldas al arco -como nueve de referencia- y lo hizo aguantar la pelota, descargar e ir a buscar el centro. Una y otra vez. Y todo bajo un importante nivel de intensidad y forcejeo con los defensores. El 17 completó la práctica en su totalidad y dio buenos indicios, algo que lo posiciona con buenas chances de ser titular en Belo Horizonte.

El problema puede ser la falta de continuidad, ya que desde la ida ante Libertad de Paraguay, el 8/8 en la Bombonera, Wancho jugó solamente un partido de titular. Estuvo el 2/9 en el 3-0 ante Vélez, por la Superliga, y su últimos minutos fueron el 9/9 en el 2-0 frente a San Martín de Tucumán, por la Copa Argentina, cuando entró a diez del final y metió un gol de penal.

Cuatro días después, en medio de la supuesta sanción pendiente de la Conmebol, el 17 sufrió una lesión durante un entrenamiento y luego se confirmó como un desgarro en el sóleo. Esa misma semana, también se confirmó que debía una fecha de suspensión desde 2016, por una expulsión recibida cuando estaba en Huracán.



Su ausencia también obligó a los mellizos a apostar por Darío Benedetto en una seguidilla peligrosa, que incluyó Argentinos, Cruzeiro, River y Gimnasia en dos semanas. Claro, el Pipa no llegó a los 15 minutos en el partido frente al Lobo y tuvo que salir por una lesión muscular, que luego se confirmaría como un desgarro leve en el bíceps femoral.

Y como una cosa lleva a la otra, pasadas tres semanas de la rotura fibrilar de Ábila y con las fechas de suspensión ya cumplidas, su retorno se volvió indispensable, por más que al Melli le guste jugar con Mauro Zárate de falso 9 o, en todo caso, con el experimentado Carlos Tevez, que viene en alza y de convertirle un gol a Colón.

Un detalle que puede causar cierta motivación en Ábila para decir presente el jueves en el estadio Mineirao es su paso por Cruzeiro y, por consiguiente, su conocimiento tanto del equipo como de Mano Menezes, quien fue su entrenador. Entre 2016 y 2017, el delantero jugó en Cruzeiro un total de 60 partidos y convirtió 25 goles. “Es muy duro. Conozco al técnico, lo tuve un año y sé la forma en que trabaja y la calidad de jugadores que tiene”, avisó antes del partido de ida.

Lo cierto es que, entre decisiones del cuerpo técnico, la duda de la suspensión, la lesión que vino después y la suspensión confirmada por la Conmebol, Ábila no juega en la Libertadores desde ese partido de ida frente a Libertad, cuando convirtió un gol en medio de una racha de nueve en siete partidos. Luego, quedó dicho que le pasó de todo...

Ante este panorama, la disyuntiva queda en manos de otra decisión de Guille: deberá decidir si jugar con un 9 de referencia y tener en todo momento a un jugador aguantando la pelota en el frente de ataque. O si cuida al único 9 que tiene y en un comienzo plantea un partido con un falso 9 movedizo como Tevez o Zárate, como ya hizo en varias oportunidades durante el semestre y no funcionó muy bien.

El futuro en la Libertadores estará en juego.