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MARIONI

Maroni y su increíble debut en Boca a los 17 años
Entrevista a Gonzalo, el cordobés que debutó con 17 años en la primera de Boca.
Contó lo que le dijeron Orion y Barros Schelotto antes de saltar a la cancha. Instituto aún conserva el 10 por ciento de su ficha.
Es intentando lo imposible como se realiza lo posible. Así lo entendió Gonzalo Maroni, que con apenas 17 años debutó el domingo pasado en la primera de Boca. Un año atrás lo había hecho en Instituto, jugando en B Nacional ante Atlético Tucumán.
Tan bueno fue lo que mostró en la Gloria que con sólo jugar ¡77 minutos!, el Xeneize se lo llevó por una cifra superior a los seis millones de pesos. A la Gloria le quedó el 10 por ciento de su pase. En diciembre de 2015 recibió uno de los premios Estímulo, entregados por La Voz del Interior a las jóvenes promesas del deporte cordobés.
Tras llegar a Boca el cordobés comenzó a jugar en reserva, donde en base a grandes actuaciones le dieron la “10” y rápidamente le llegó su gran chance. Quedaban algo menos que 10 minutos cuando el entrenador Guillermo Barros Schelotto lo mandó a la cancha para intentar revertir el 2-1 parcial ante Estudiantes en el estadio Ciudad de La Plata. Aunque no pudo hacer mucho para dar vuelta la historia, “Gonchi” jamás olvidará lo que le ocurrió el 15 de mayo de 2016.
“Estaba haciendo el calentamiento y cuando me llamaron para entrar no lo podía creer. Hice lo posible para estar tranquilo, pero es muy difícil describir qué sentí en ese momento”, le dijo a Mundo D Maroni, quien amplió: “Fue impresionante, algo de no creer. Nunca se me había pasado por la cabeza que iba pasar un momento como este en tan poco tiempo. Una locura todo lo que pasó”.
–¿Qué te dijo Guillermo cuando te llamó?
–Me pidió que juegue tranquilo, que me ubique en el sector izquierdo, que encare al “4” y que vaya siempre para adelante.
–¿Habías hablado antes con él?
–No, para nada. Cero. Lo conocí de un día para el otro y ya me puso.
–¿Cómo te enteraste que concentrabas?
–Yo estaba el sábado entrenando con la reserva, y me llamaron para ir a entrenarme con los de la primera. Y ese día me dijeron que iba a estar citado y concentré esa misma noche. De un día para el otro me cambió todo.
–¿Te aconsejó algún referente del plantel?
–(Agustín) Orion vino y me dijo que disfrute, que estuviera tranquilo. Y con los otros más grandes mucho no hablé porque el día que entrené con la primera varios no estaban.
–¿Y a Tevez te lo cruzaste ya?
–Sí, siempre me lo cruzo pero nunca me le acerco para nada. Lo veo de cerca a los monstruos. Siempre lo usaba en la Play y ahora lo tengo de compañero. Es más, a Guillermo también lo ponía en mi equipo.

Hasta las lágrimas
Por la restricción que impide el ingreso del público visitante, no había hinchas de Boca el domingo en La Plata. Pero como suele ocurrir, más de uno se las arregló para “infiltrarse” en calidad de neutral. Entre ellos estaban los padres de Maroni, que se codearon de lo lindo cuando vieron que Barros Schelotto llamó a su hijo para que debute.
“Mis viejos me fueron a saludar después del partido y se largaron a llorar. Estaban muy emocionados, nos dimos un gran abrazo todos. Traté de aguantarme, pero no hay forma de contenerse cuando ves a tus viejos llorar”, contó Maroni.
–Si hacías un gol se la ibas a poner difícil a tus padres...
–Y sí, estaban rodeados de hinchas de Estudiantes. Pero mi viejo es capaz de reventarse la cabeza para no gritarlo.
–¿Cómo es el Mundo Boca?
–Es algo tranquilo, obvio que acá tenés que entrenar todos los días al ciento por ciento. En cada práctica dar el máximo. Nunca regalar nada. Es algo que en Boca siempre te enseñan. Hay que adaptarse rápido, hacer lo que uno sabe y jugar a la pelota, nada más.
–¿Te reconocen en la calle?
–No me conocen. Ahora salgo a comer con mis viejos tranquilo. Voy a aprovechar esto porque es probable que después ya no pueda.
–¿Para quién fue la primera camiseta?
–Se la di a mi viejo. Y conseguí otra para mi abuelo, que me ve con la pelota desde que tengo cuatro años. Es muy piola, siempre me acompañó, se llama Santiago pero le decimos “Cholo”.
–¿Cuál es tu sueño ahora?
–Intentar consolidarme en Boca y hacer lo mejor posible para el club. Más adelante me gustaría salir campeón y ganar títulos. Es el sueño de mi vida.
–¿Te vas a tomar vacaciones?
–Me parece que sí. Por lo que yo sé, en reserva jugamos el miércoles con Aldosivi y después el fin de semana con Defensa y Justicia. Y después creo que nos dan una o dos semanas de vacaciones. Por lo pronto el domingo quiero estar en Córdoba, porque es el cumpleaños de mi ahijado y también su bautismo.

La Gloria, siempre presente
Representado al colegio Peña en el televisado de El Doce, Maroni siempre solía ser una de las figuras de la cancha. Y al dar sus primeras entrevistas, “Maravilla” ya hacía público su amor por Instituto.
El futbolista criado en Poeta Lugones hizo todas las inferiores en la Gloria y sigue de cerca todo lo que pasa con el equipo de Héctor Rivoira, que no logra enderezar su rumbo: “Me veo todos los partidos. Cada vez que juega lo sigo por tele y si no lo pasan prendo la radio con ‘el Colo’ (Agustín) Llanos. Siempre estamos atentos a lo que pasa. Ahora andamos medio flojo, hay que levantar cabeza y pasar rápido esta situación”.
–¿Seguís en contacto con tus excompañeros?
–Con varios. Me habló para felicitarme Bernardi. También me llamaron “el Kun” (Facundo) Agüero e Illanes. “El Polaco” (Diego) Di Pietro también, siempre me habla.
–¿Mañana vas a ver el partido de Copa Argentina de Instituto?
–Sí, seguro lo miro con Llanos. Hay que por lo menos intentar ganar ahí y luchar esa copa. Me encantaría poder ir a jugar unos minutos el miércoles y dar una mano, pero no se puede. La última vez que Instituto jugó en Copa Argentina fue en San Juan con San Lorenzo. Esa noche mi hermano fue a verlo como un hincha más. El día que se volaba todo por el viento. No se podía ni ver el partido.
–¿Te siguen diciendo “Maravilla” en Buenos Aires?
–El que relata los partidos de reserva en Boca me dijo “Maravilladoni”. Me quedó ese apodo. Lo bueno es que ya no me joden más con lo de la “Mujer Maravilla” ni con “Ricky Maravilla” (risas).
Tan bueno fue lo que mostró en la Gloria que con sólo jugar ¡77 minutos!, el Xeneize se lo llevó por una cifra superior a los seis millones de pesos. A la Gloria le quedó el 10 por ciento de su pase. En diciembre de 2015 recibió uno de los premios Estímulo, entregados por La Voz del Interior a las jóvenes promesas del deporte cordobés.
Tras llegar a Boca el cordobés comenzó a jugar en reserva, donde en base a grandes actuaciones le dieron la “10” y rápidamente le llegó su gran chance. Quedaban algo menos que 10 minutos cuando el entrenador Guillermo Barros Schelotto lo mandó a la cancha para intentar revertir el 2-1 parcial ante Estudiantes en el estadio Ciudad de La Plata. Aunque no pudo hacer mucho para dar vuelta la historia, “Gonchi” jamás olvidará lo que le ocurrió el 15 de mayo de 2016.
“Estaba haciendo el calentamiento y cuando me llamaron para entrar no lo podía creer. Hice lo posible para estar tranquilo, pero es muy difícil describir qué sentí en ese momento”, le dijo a Mundo D Maroni, quien amplió: “Fue impresionante, algo de no creer. Nunca se me había pasado por la cabeza que iba pasar un momento como este en tan poco tiempo. Una locura todo lo que pasó”.
–¿Qué te dijo Guillermo cuando te llamó?
–Me pidió que juegue tranquilo, que me ubique en el sector izquierdo, que encare al “4” y que vaya siempre para adelante.
–¿Habías hablado antes con él?
–No, para nada. Cero. Lo conocí de un día para el otro y ya me puso.
–¿Cómo te enteraste que concentrabas?
–Yo estaba el sábado entrenando con la reserva, y me llamaron para ir a entrenarme con los de la primera. Y ese día me dijeron que iba a estar citado y concentré esa misma noche. De un día para el otro me cambió todo.
–¿Te aconsejó algún referente del plantel?
–(Agustín) Orion vino y me dijo que disfrute, que estuviera tranquilo. Y con los otros más grandes mucho no hablé porque el día que entrené con la primera varios no estaban.
–¿Y a Tevez te lo cruzaste ya?
–Sí, siempre me lo cruzo pero nunca me le acerco para nada. Lo veo de cerca a los monstruos. Siempre lo usaba en la Play y ahora lo tengo de compañero. Es más, a Guillermo también lo ponía en mi equipo.

Hasta las lágrimas
Por la restricción que impide el ingreso del público visitante, no había hinchas de Boca el domingo en La Plata. Pero como suele ocurrir, más de uno se las arregló para “infiltrarse” en calidad de neutral. Entre ellos estaban los padres de Maroni, que se codearon de lo lindo cuando vieron que Barros Schelotto llamó a su hijo para que debute.
“Mis viejos me fueron a saludar después del partido y se largaron a llorar. Estaban muy emocionados, nos dimos un gran abrazo todos. Traté de aguantarme, pero no hay forma de contenerse cuando ves a tus viejos llorar”, contó Maroni.
–Si hacías un gol se la ibas a poner difícil a tus padres...
–Y sí, estaban rodeados de hinchas de Estudiantes. Pero mi viejo es capaz de reventarse la cabeza para no gritarlo.
–¿Cómo es el Mundo Boca?
–Es algo tranquilo, obvio que acá tenés que entrenar todos los días al ciento por ciento. En cada práctica dar el máximo. Nunca regalar nada. Es algo que en Boca siempre te enseñan. Hay que adaptarse rápido, hacer lo que uno sabe y jugar a la pelota, nada más.
–¿Te reconocen en la calle?
–No me conocen. Ahora salgo a comer con mis viejos tranquilo. Voy a aprovechar esto porque es probable que después ya no pueda.
–¿Para quién fue la primera camiseta?
–Se la di a mi viejo. Y conseguí otra para mi abuelo, que me ve con la pelota desde que tengo cuatro años. Es muy piola, siempre me acompañó, se llama Santiago pero le decimos “Cholo”.
–¿Cuál es tu sueño ahora?
–Intentar consolidarme en Boca y hacer lo mejor posible para el club. Más adelante me gustaría salir campeón y ganar títulos. Es el sueño de mi vida.
–¿Te vas a tomar vacaciones?
–Me parece que sí. Por lo que yo sé, en reserva jugamos el miércoles con Aldosivi y después el fin de semana con Defensa y Justicia. Y después creo que nos dan una o dos semanas de vacaciones. Por lo pronto el domingo quiero estar en Córdoba, porque es el cumpleaños de mi ahijado y también su bautismo.

La Gloria, siempre presente
Representado al colegio Peña en el televisado de El Doce, Maroni siempre solía ser una de las figuras de la cancha. Y al dar sus primeras entrevistas, “Maravilla” ya hacía público su amor por Instituto.
El futbolista criado en Poeta Lugones hizo todas las inferiores en la Gloria y sigue de cerca todo lo que pasa con el equipo de Héctor Rivoira, que no logra enderezar su rumbo: “Me veo todos los partidos. Cada vez que juega lo sigo por tele y si no lo pasan prendo la radio con ‘el Colo’ (Agustín) Llanos. Siempre estamos atentos a lo que pasa. Ahora andamos medio flojo, hay que levantar cabeza y pasar rápido esta situación”.
–¿Seguís en contacto con tus excompañeros?
–Con varios. Me habló para felicitarme Bernardi. También me llamaron “el Kun” (Facundo) Agüero e Illanes. “El Polaco” (Diego) Di Pietro también, siempre me habla.
–¿Mañana vas a ver el partido de Copa Argentina de Instituto?
–Sí, seguro lo miro con Llanos. Hay que por lo menos intentar ganar ahí y luchar esa copa. Me encantaría poder ir a jugar unos minutos el miércoles y dar una mano, pero no se puede. La última vez que Instituto jugó en Copa Argentina fue en San Juan con San Lorenzo. Esa noche mi hermano fue a verlo como un hincha más. El día que se volaba todo por el viento. No se podía ni ver el partido.
–¿Te siguen diciendo “Maravilla” en Buenos Aires?
–El que relata los partidos de reserva en Boca me dijo “Maravilladoni”. Me quedó ese apodo. Lo bueno es que ya no me joden más con lo de la “Mujer Maravilla” ni con “Ricky Maravilla” (risas).
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