Maradona, ovacionado antes de empezar Argentina-Islandia

Maradona llegó con los equipos ya en cancha y se ubicó en un palco, cerca de un corner pegado a los hinchas argentinos, del lado en el que atajó Willy Caballero en el primer tiempo. Cuando escuchó el nuevo hit, en la parte que dice '...la que tiene a Messi y a Maradona', se levantó, saludó con una mano, luego levantó los dos brazos y le hizo una reverencia de agradecimiento a la gente que lo ovacionaba.

El show del Diez tuvo otros capítulos. Se levantó señalando a su antiguo compañero Oscar Ruggeri, hoy comentarista de TV, cuando pasaba por el campo de juego y se escuchaba otra canción ya clásica: el 'Volveremos a ser campeones, como en el 86'. Y volvió a saludar cuando los hinchas cantaron 'Maradona es más grande, es más grande qué Pelé'.

Durante el partido, siguió agradeciendo las muestras de cariño de los hinchas. Y en un momento clave, cuando a Lionel Messi le atajaron el tiro penal, se paró y pidió aliento sumándose al 'Que de la mano, de Leo Messi...'

Como si faltara algún detalle para llamar la atención, Maradona lució un buzo con logo e inscripción del Mundial Argentina '78. Justamente, el Mundial que siempre le quedó atragantado por no haber podido participar, y con el que hubiera podido incrementar la cantidad de presencias mundialistas (21) que lo ponen al tope de la lista de su país.

Tenía solamente 17 años y fue uno de los últimos en quedar fuera de la lista final, en ese entonces de 22 jugadores, que presentó el técnico César Luis Menotti. Una ausencia que significó que no pudiera ser parte de la primera conquista argentina de una Copa del Mundo.

Maradona sí formó parte del equipo en 1982, que se despidió en segunda ronda tras sendas derrotas ante Italia y Brasil - en este último partido, viendo la tarjeta roja por un planchazo a Batista. Cuatro años después, llegó a lo más alto consagrándose campeón del mundo y mejor jugador del torneo en México 1986.

Tuvo oportunidad de jugar dos Mundiales más: en su tercero, el de Italia 1990, llevó a su selección al subcampeonato, eliminando al anfitrión en semifinales y cayendo 1-0 ante Alemania en la final. Y hubo un cuarto, el de Estados Unidos 1994, en el que se lució en las dos victorias ante Grecia (4-0) y Nigeria (2-1), antes de quedar excluido del torneo tras dar positivo un control de dopaje.

No hubo quinto Mundial para Diego: como consecuencia de una enemistad histórica, nunca estuvo en los planes de Daniel Passarella, el técnico que condujo al equipo desde 1995 hasta el Mundial de Francia 1998.