7 de roble

Creer o reventar: eran las 10 y poquito del miércoles cuando desde una cuenta de Twitter inventaron que Cristian Pavón se había fracturado el quinto metatarsiano del pie derecho atribuyendo la información a Tato Aguilera, periodista de TyC Sports. El periodista rápidamente lo desmintió, la ansiedad periodística del resto se calmó, aunque la información que cerca del mediodía trascendió desde adentro de Casa Amarilla le dio formas a los fantasmas: Pavón no se había entrenado por un dolor persistente.

No quiso hacerse estudios, probablemente por las ganas de jugar que manifestó cada vez que Guillermo le consultó cómo estaba. El tema es que recién el sábado pudo entrenarse con normalidad: fue exigido y respondió. De esa manera, constató que podía jugar su partido 65 de manera consecutiva (la incomodidad sentida por el jugador podía tener que ver con el desgaste acumulado). Su nivel futbolístico parece haberlo sentido en la última noche de Avellaneda, cuando jugó su peor partido del año. Así y todo, una de las pocas llegadas del equipo surgió de sus pies.

Para Guillermo es una tranquilidad poder contar con él. Difícil que lo elija como el mejor, pero si le preguntan por el más difícil de reemplazar, siempre lo nombrará a Pavón. No sólo en el plantel, sino teniendo a disposición todos los jugadores del fútbol argentino. Por eso, si no ocurre ningún contratiempo, será titular tanto esta noche como el miércoles cuando le toque recibir a Palmeiras.

“No es sólo él. Hay apoyo de los marcadores de punta, de Tevez o del 9 que le toque jugar, es un trabajo en conjunto. La individualidad de Cristian ha marcado mucho, pero lo importante es el equipo”, aclaró el Melli públicamente. Aunque, interiormente, festeja que lo tiene siempre adentro de la cancha.