CARLOS BIANCHI
¡Feliz cumple, Virrey!
ole.com.ar
26/04/2017
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Carlos Bianchi cumple 68 años y Olé hace un repaso de su sensacional carrera, tanto dentro como fuera del campo.
Es el máximo goleador de la historia de Vélez con 206 goles y como entrenador supo sacarlo campeón de América y del Mundo. En Boca, también hizo historia: tres Libertadores y dos Intercontinentales.
Un 26 de abril de 1949 nacía Carlos Bianchi. Cumple 68 años uno de los íconos más importantes de la historia del fútbol argentino, dejando marcas y huellas imborrables en los dos clubes que pudieron disfrutar de sus logros. Vélez y Boca tuvieron la fortuna de contar, en algún momento de su historia, con el Virrey, que los posicionó en la cima del mundo y los hizo conquistar el continente americano.
Como jugador debutó a los 18 años en el Fortín y justamente, ante el Xeneize. Tuvo dos etapas gloriosas, de 1967 a 1973 y, en el tramo final de su carrera, de 1980 a 1984. Era un centrodelantero que tenía el arco entre ceja y ceja, y tal es así, que es el histórico goleador del club de Liniers, con 206 gritos. Ganó el Nacional de 1968 y se consagró como el goleador del torneo en cuatro oportunidades. Su primer glorioso paso hizo que Europa se fije en él y fue el Remis de Francia quien se hizo de sus servicios. Allí tuvo un excelente paso, ya que marcó 107 en cuatro temporadas. Y en 1977 el poderoso Paris Saint Germain posó sus ojos en él: allí, hizo ¡64 goles en 74 partidos! una marca monstruosa para uno de los mejores 9 que tuvo Argentina. En 1980 volvió a vestir la V azulada en su pecho por cuatro temporadas y luego volvió al Remis para retirarse, dónde es uno de los máximos ídolos.
Es el goleador histórico de Vélez, con 206 goles.
Apenas retirado, inició su carrera de entrenador en el club francés y duró cuatro años en su cargo. También dirigió al Niza y al PSG, una temporada cada uno. Pero su éxito iba a estar en Argentina. Su vuelta a Vélez era inminente y en 1993 ocupó el banco del Fortín. Y superó todas las expectativas, demostrando todo lo que aprendió durante su carrera de jugador y dando a conocer sus dotes mágicos, por así llamarlos. Clausura 1993, Apertura 1995 y Clausura 1996 fueron sus títulos en el país. Y también llevó a Velez a conquistar América, ganando la Libertadores en el Morumbi ante el todopoderoso San Pablo del 1994 y por si fuera poco, se le plantó en Japón al Milan y le ganó 2-0 en Yokohama, situando al club de sus amores en la cima del mundo. Además, ganó la Interamericana 1996.
Conquistó la Intercontinental de 1994 con el Fortín.
Y Boca, necesitado de aparecer nuevamente en el plano internacional, no tuvo mejor idea que contratarlo. Y él no falló. Es uno de los máximos ídolos de la institución, posee una estatua en el hall y persona santificada en los pasillos del club. Llegó en 1998 y alcanzó el Apertura de ese año, el Clausura del 99 y el Apertura 2000. Y el objetivo internacional, lo cumplió con creces: Copa Libertadores 2000 y 2001 en su primer mandado, y nuevamente, se convirtió en el rey del mundo, ganándole al Real Madrid la Intercontinental del 2000. En el 2001, luego de perder la final del mundo ante el Bayern Munich dejó su cargo de entrenador. Aunque su vuelta fue inminente y en el 2003 le dio nuevas alegrías a los xeneizes: la Libertadores y el Apertura de ese año. Y en 2004, pegó el portazo tras perder la final ante el sorprendente Once Caldas. Tuvo un tercer ciclo en el club de La Ribera, luego de una 'siesta' como la llamó él de siete años sin dirigir, aunque la tercera fue la vencida y Daniel Angelici lo terminó echando por malos resultados tras cosechar 101 puntos en 74 partidos.
El Virrey celebrando la Intercontinental del 2003.
También dirigió al Atlético de Madrid y a la Roma, sin poder dejar la misma marca que en Boca y en Vélez. Y tuvo un paso como manager del Xeneize bajo el mandato de Jorge Amor Ameal, el cual asumió en 2009 y lo dejó un año después, tras malos resultados.
Como jugador debutó a los 18 años en el Fortín y justamente, ante el Xeneize. Tuvo dos etapas gloriosas, de 1967 a 1973 y, en el tramo final de su carrera, de 1980 a 1984. Era un centrodelantero que tenía el arco entre ceja y ceja, y tal es así, que es el histórico goleador del club de Liniers, con 206 gritos. Ganó el Nacional de 1968 y se consagró como el goleador del torneo en cuatro oportunidades. Su primer glorioso paso hizo que Europa se fije en él y fue el Remis de Francia quien se hizo de sus servicios. Allí tuvo un excelente paso, ya que marcó 107 en cuatro temporadas. Y en 1977 el poderoso Paris Saint Germain posó sus ojos en él: allí, hizo ¡64 goles en 74 partidos! una marca monstruosa para uno de los mejores 9 que tuvo Argentina. En 1980 volvió a vestir la V azulada en su pecho por cuatro temporadas y luego volvió al Remis para retirarse, dónde es uno de los máximos ídolos.
Es el goleador histórico de Vélez, con 206 goles.
Apenas retirado, inició su carrera de entrenador en el club francés y duró cuatro años en su cargo. También dirigió al Niza y al PSG, una temporada cada uno. Pero su éxito iba a estar en Argentina. Su vuelta a Vélez era inminente y en 1993 ocupó el banco del Fortín. Y superó todas las expectativas, demostrando todo lo que aprendió durante su carrera de jugador y dando a conocer sus dotes mágicos, por así llamarlos. Clausura 1993, Apertura 1995 y Clausura 1996 fueron sus títulos en el país. Y también llevó a Velez a conquistar América, ganando la Libertadores en el Morumbi ante el todopoderoso San Pablo del 1994 y por si fuera poco, se le plantó en Japón al Milan y le ganó 2-0 en Yokohama, situando al club de sus amores en la cima del mundo. Además, ganó la Interamericana 1996.
Conquistó la Intercontinental de 1994 con el Fortín.
Y Boca, necesitado de aparecer nuevamente en el plano internacional, no tuvo mejor idea que contratarlo. Y él no falló. Es uno de los máximos ídolos de la institución, posee una estatua en el hall y persona santificada en los pasillos del club. Llegó en 1998 y alcanzó el Apertura de ese año, el Clausura del 99 y el Apertura 2000. Y el objetivo internacional, lo cumplió con creces: Copa Libertadores 2000 y 2001 en su primer mandado, y nuevamente, se convirtió en el rey del mundo, ganándole al Real Madrid la Intercontinental del 2000. En el 2001, luego de perder la final del mundo ante el Bayern Munich dejó su cargo de entrenador. Aunque su vuelta fue inminente y en el 2003 le dio nuevas alegrías a los xeneizes: la Libertadores y el Apertura de ese año. Y en 2004, pegó el portazo tras perder la final ante el sorprendente Once Caldas. Tuvo un tercer ciclo en el club de La Ribera, luego de una 'siesta' como la llamó él de siete años sin dirigir, aunque la tercera fue la vencida y Daniel Angelici lo terminó echando por malos resultados tras cosechar 101 puntos en 74 partidos.
El Virrey celebrando la Intercontinental del 2003.
También dirigió al Atlético de Madrid y a la Roma, sin poder dejar la misma marca que en Boca y en Vélez. Y tuvo un paso como manager del Xeneize bajo el mandato de Jorge Amor Ameal, el cual asumió en 2009 y lo dejó un año después, tras malos resultados.
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