Un exBarcelona quiso ser más que Salvio y realizó la locura más grande del mundo

Sin dudas el que se convirtió en la máxima figura fue Salvio, quien no sólo mostró tener un desequilibrio poco visto en el ámbito local, sino que además se convirtió en el máximo goleador del Xeneize en lo que va del 2020.

Algo que ya se volvió una costumbre para Toto fueron sus festejos a la hora de convertir. Mostrando su fanatismo por la serie de Anime Dragon Ball, el atacante decidió realizar diferentes coreografías relacionadas con el programa televisivo que marcó a toda una generación de chicos. Además casi que se volvió una cábala, ya que desde que comenzó a hacerlo no paró de convertir y además Boca se mantuvo invicto.

Para todos Salvio quedó como el más fanático de Dragon Ball en el mundo del fútbol. Pero tal parece que fue superado. Joan Román es un jugador catalán de 27 años que comenzó su carrera en la Masía de Barcelona y de hecho tuvo la chance de llegar al filial. Actualmente se encuentra en el Miedz Legnica, un equipo de la segunda división de Polonia. Hasta ayer era un desconocido total, pero hizo algo que lo convirtió en noticia mundial.

Tal parece que el exBarcelona también es un fanático de Dragon Ball, y su fervor llegó a tal punto que decidió hacer una verdadera locura. El atacante decidió cambiar su nombre y a partir de ahora pasó a llamarse Goku, al igual que el protagonista de la mítica serie animada. A causa de esto el jugador fue portada de varios sitios alrededor del mundo e incluso fue entrevistado por este motivo, donde explicó sus razones para este cambio tan radical.

“Básicamente, cuando nací me dieron un nombre que decidí cambiar. Este nombre está relacionado con energía y básicamente es una forma de cubrirme contra las energías negativas. Es un nombre que tiene valor y fuerza para mí. Amo Dragon Ball, es mi dibujo favorito, especialmente ese personaje. Representa muchos valores. Me siento identificado. Entrena para superar los obstáculos, tiene perseverancia. Me siento conectado con él”, sentenció.