Juan Román Riquelme y todo el Consejo de Fútbol saben que está al caer la llegada de Brian Aguirre, el tercer refuerzo, y avanzan por el cuarto: Matías Galarza.

Si bien en Genk, su club actual, no vieron con buenos ojos la oferta de tres millones de dólares por el 50% del pase presentada la semana pasada, la dirigencia xeneize confía en que pueda destrabarse su situación. El punto a favor es que el volante quiere defender la camiseta azul y oro y presiona para marcharse de Bélgica.

Aunque también hubo un desplante que no cayó bien en el conjunto de la provincia de Limburgo y actualmente enfrió la operación. Es que Galarza viajó a Argentina sin permiso días atrás, no estuvo en el inicio de las prácticas y el director deportivo Dimitri de Condé lo amenazó con una severa sanción si no reponía su actitud.

El surgido de Argentinos Juniors ya se encuentra en Bélgica, pero seguirá insistiendo para que Genk acepte la propuesta de Boca. A sabiendas que todavía falta un tiempo para la reanudación del torneo, Román no piensa apurarse. Dejará que las aguas se calmen y luego volverá a la carga.

La última oferta de Boca por Galarza y la postura de Genk

La realidad indica que, más allá de la presión que parece haber comenzado a ejercer el mediocampista, Genk está plantado en no venderlo por menos de seis millones de dólares, cifra invertida en su compra allá por 2022.

Desde Boca elevaron una oferta de tres millones por la mitad de su pase, que por ahora no fue respondida. Lo cierto es que el problema no parece ser el valor asignado al jugador, sino el monto a abonar para realizar la transferencia. De todas maneras, el futbolista presiona y en Brandsen 805 están en contacto con su representante para saber si el panorama cambia y del otro lado del Atlántico aflojan en cuanto a sus pretensiones.