El dilema de los Barros Schelotto

La vida de Rodrigo Bentancur es una constante discusión en el Mundo Boca, donde su apellido se repite más que cualquier otro y no justamente por un buen rendimiento en los partidos. Casi todo, en realidad, tiene un tono polémico. Precisamente porque es el jugador más resistido por el hincha, lo que lo lleva a estar en el centro de la escena en debates y encuestas. Cuando está en el club o hasta en uno de los sitios más lejanos al club de la Ribera, como Corea del Sur, sede del Mundial Sub 20 que el uruguayo disputó con su selección (finalizó cuarta) durante las últimas semanas.

Faltan horas para su regreso a Casa Amarilla, donde mañana o el jueves se pondrá a disposición de los Barros Schelotto para encarar las tres fechas finales (Aldosivi, Olimpo y Unión) de lo que puede ser la obtención de su último título con la camiseta azul y oro antes de partir a Turín, donde se sumará a la Juventus. Y el clima de la bienvenida no es el mejor. En su retorno, otra controversia está instalada puertas afuera: ¿Bentancur debe recuperar la titularidad? Lo cierto es que la visión que Guillermo Barros Schelotto siempre tuvo acerca de su jugador preferido hoy es difusa. Y el dilema también está en su cabeza.

El porqué de la incertidumbre es evidente. Ante Independiente, Boca estuvo cerca de dar una exhibición como hacía rato no se observaba. Se destacaron pocos, pero todo el equipo cumplió con creces. Desde lo individual y lo táctico, aspectos desde lo que se venía fallando seguido. La goleada 3-0 y el funcionamiento casi perfecto en la vuelta al esquema 4-3-3 le confirmaron a los Barros Schelotto que deben jugar con esa distribución numérica. En palabras simples, los Mellizos encontraron su equipo ideal. Pero ya se sabe que además de ser muy mimado por el cuerpo técnico, Bentancur es una debilidad que puede romper con cualquier seguridad.

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Sobran pruebas. Las veces que por diversas circunstancias el jugador no formó parte del primer equipo (esencialmente durante la pretemporada de enero, cuando disputó el Sudamericano Sub 20 con la selección uruguaya), Guillermo destacó su ausencia públicamente: 'El equipo va a sentir la falta de Rodrigo. Él es muy importante para nosotros'. En esa sintonía, el entrenador llegó a ubicar ese vacío a la misma altura de lo que generó la salida de Carlos Tevez a China. Por último, si hubiera sido por el Mellizo, el jugador charrúa nunca hubiera sido cedido al Mundial en el país asiático. Tanta consideración tiene, que el técnico acordó con la Federación Uruguaya prestarlo una vez finalizado el superclásico (derrota 1-3), cuando restaban pocos días para el comienzo de la acción en suelo surcoreano.

Por lo pronto, para el encuentro del sábado ante Aldosivi, los rumores establecen que por una cuestión física (disputó 6 partidos en 22 días y llegará después de un viaje muy agotador) esperaría su chance sentado entre los suplentes. Pero con Guillermo en el banco, tampoco sería utópico que en el transcurso de la semana, cuando baje del avión que lo traiga de vuelta a Buenos Aires, en su cabeza sea titular. Para que esto se concrete, una obviedad, alguien debe salir. Y ahí está la cuestión central del dilema. Después de la resonante victoria ante el Rojo y la cómoda ventaja de cuatro puntos sobre River, su inmediato perseguidor, cuando sólo restan disputarse 9 puntos, ¿hay alguien que deba salir en la recta final del torneo?

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En el medio campo hay dos cosas claras: tanto Fernando Gago como Pablo Pérez seguirán siendo piezas clave en la idea del entrenador. Por lo tanto, Wilmar Barrios, el volante restante, es el apuntado a salir del equipo por una ecuación fácil de aplicar: el colombiano cubrió el lugar del jugador de 19 años mientras éste estuvo en Corea. Lo complicado será efectuar realmente ese cambio. ¿Por qué? Mayoritariamente, las veces que fue titular durante este año, Barrios fue figura, además de haberse transformado en la rueda de auxilio que necesitaba el equipo para no sufrir defensivamente. A la vez, el colombiano es la bandera que representa al hincha de Boca por cumplir con el mandato xeneize: actitud y sacrificio. Y en las tribunas, a través de las repetitivas ovaciones al Tolimense, quedó demostrado a quién quieren en el primer equipo.

La otra alternativa es que salga del equipo Oscar Benítez, pero por su buena actuación (con gol incluido) en la última jornada -y un esquema 4-3-3 que es casi imposible de volver a alterar-, no parece muy probable. En todo caso, la salida del ex hombre de Lanús depende del estado físico de Ricardo Centurión.

Los números también participan en este dilema. Mientras él estuvo en Oriente, el xeneize no perdió ningún compromiso: ganó un partido fundamental ante Newell's (1-0), estuvo a un minuto de ganarle a Huracán (1-1) y goleó a Independiente en el momento clave. En esas tres jornadas se fue moldeando, a través de una pequeña renovación de nombres, un once inicial que parece intocable. La historia la puede cambiar sólo Rodrigo Bentancur, la obsesión de los Barros Schelotto.

La continuidad del Mellizo

El presidente de Boca, Daniel Angelici, estuvo ayer en el entrenamiento en Casa Amarilla. Saludó a todos los futbolistas y luego mantuvo una extensa charla con Guillermo Barros Schelotto. 'No tengo dudas de que seguirán después de junio. Estoy muy conforme con el trabajo de los Mellizos, más allá de nuestra relación. No tengo dudas de que el socio quiere que sigan en el cargo' había afirmado Angelici a comienzos de abril. Incluso, cuando el equipo tambaleó durante mayo, ratificó su apoyo, gane o no el torneo: 'Guillermo se queda en Boca pase lo que pase', expresó.

Guido Pizarro, un viejo sueño del entrenador

En la charla entre Angelici y Guillermo de ayer se habría hablado del primer refuerzo que Boca saldría a buscar para el próximo mercado: Guido Pizarro. El pase del volante de Tigres, de Mexico, cuesta US$ 6.000.000. Y el club xeneize estaría dispuesto a pagarlo.

Jara o Peruzzi, la duda para el lateral derecho

La presencia de Leo Jara o Gino Peruzzi es la única duda del técnico Barros Schelotto para visitar el próximo sábado a las 17 a Aldosivi, en Mar del Plata.