Pachi Carrizo, la clave del Boca 2016 de Arruabarrena

Federico Carrizo llegó a mediados de 2014 a Boca por pedido de Carlos Bianchi. El Xeneize invirtió mucho dinero en el pase del por entonces jugador de Rosario Central, considerados por muchos –entre otros, Juan Román Riquelme- el mejor jugador del fútbol argentino en esos días. Pero los días del Virrey se acabaron pronto y llegó Rodolfo Arruabarrena. El Vasco siempre tuvo en consideración al Pachi, pero este no estuvo a la altura de la circunstancias. En agosto último se fue a préstamo a Cruz Azul pero tampoco rindió. Ahora vuelve al club, y tendrá la oportunidad de revalidar todas sus credenciales.

Para el técnico de Boca, que acaba de renovar por un año y medio más, el Pachi Carrizo puede darle al actual campeón del fútbol argentino una elasticidad táctica y de esquema que permitiría cambiar de dibujo durante un mismo partido sin cambiar de nombres. Claro, siempre y cuando se den las salidas (casi segura) de Jonathan Calleri y la llegada (también, casi segura) de Daniel Osvaldo, como la de algunos de los dos laterales izquierdos pedidos por el Vasco: Silva u Orbán.

OPCIÓN 1

Boca terminó jugando con un dibujo parecido a un 4-3-1-2, pero en lugar de dos volantes externos, eran volantes interiores (Pablo Pérez y Gago, hasta su lesión luego Meli). La idea del Vasco para 2016 es conservar ese dibujo, transformando a Carrizo en un interior con más dinámica y posibilidad de desequilibrio en la individual. Algo similar a lo que logró Jorge Almirón en Independiente con Federico Mancuello.



OPCIÓN 2

Hasta la llegada de Tevez, el esquema favorito del Vasco era el 4-3-3, con interiores en el medio y extremos arriba. Ahí Carrizo tuvo varios minutos, y bien podría ocupar esa misma posición, pasando Lodeiro a ocupar un lugar como interior (tarea que conoce ya por cumplir esa función en la selección de Uruguay).



OPCIÓN 3

La favorita de Carlos Tevez, y que todavía el Vasco no pudo implementar. La mejor forma de Carlitos en Europa se dio jugando por detrás de un 9 de área. De hecho, así jugaba en Juventus junto a, entre otros, Daniel Osvaldo. Ahí Carrizo y Lodeiro pasarían a jugar como volantes exteriores/extremos al costado, pero con la particularidad de jugar con el perfil invertido para que en el caso de enganchar para adentro tengan de frente al arco para el tiro de media distancia (algo que los dos jugadores saben manejar bien).