¿Quién define los refuerzos en Boca?

Siempre se habló que amén de la buena relación que mantienen Daniel Angelici y el Mellizo Guillermo Barros Schelotto, hay una rivalidad que nunca se logró superar y es quién tiene la palabra final al momento de cerrar un refuerzo para el equipo.

Y esto quedó evidenciado con el caso Lampe. Hasta el lunes 1 de octubre a las 22, el arquero que Boca iba a incorporar a su plantel, si avanzaba a las semifinales de la Libertadores, se llamaba Pedro Gallese. Al menos eso se afirmaba en los medios y que era el deseo del presidente del club. Sin embargo, pocas horas después se anunció el arribo de Carlos Lampe, el elegido por el técnico.

Tan avanzadas se decía que estaban las negociaciones, que ese lunes Gallese, convencido de que su mudanza sólo dependía de que el club de la Ribera avanzara en la Copa, habló con varios medios de la Argentina. 'Si llego a Boca sería feliz y cumpliría un sueño. El jueves voy a hinchar por ellos y ojalá les vaya bien en Brasil. Mi llegada depende de que eliminen a Cruzeiro', aseguró en declaraciones al programa 90 minutos (Fox Sports). Gallese no fabuló. Si habló en ese tono fue porque estaba convencido de que el pase estaba hecho. O porque alguien quiso instalar y sentenciar ese escenario, reproduce La Nación. Faltaba un detalle: el OK de la dupla técnica.

Así, una vez más, en una operación que estaba casi cerrada por Gallese, volvieron a enfrentarse los deseos de la máxima autoridad del club con los del entrenador. Si bien siempre se dijo que la decisión final siempre es en conjunto, en realidad el 'Tano' tenía la palabra final.

Ahora, el arribo de Lampe también provoca una situación curiosa porque si Guillermo confirma en el arco a Agustín Rossi, Lampe será el primer caso de un arquero que es comprado para dos o cuatro partidos e ir al banco de suplentes.