El récord de Andrada que lo mete entre los mejores de la historia

Siempre está. En las buenas, en las malas, con un técnico, con otro… Esteban Andrada, el arquero del campeón, sigue diciendo presente. Sabandija recibió apenas dos goles en sus nueve partidos oficiales en la era Russo, está invicto desde el reinicio de la competencia y su estadística en el club no tiene nada que envidiarles a la marca de otros grandes arqueros de la historia xeneize. Entre Antonio Roma, el Loco Gatti, Navarro Montoya, Óscar Córdoba y el Pato Abbondanzieri, el mendocino es quien ostenta el más bajo promedio de goles en contra: 0,51 por partido.

Cuando Andrada llegó al club, a mediados del 2018, su alta cotización llamó la atención de la mayoría de más de un hincha de Boca. Sabandija no era opción A, pero los principales apuntados se fueron cayendo y Guillermo Barros Schelotto, que casi no lo había utilizado en Lanús (cuatro partidos en dos años, siempre por lesiones o suspensiones de Agustín Marchesin), decidió incorporarlo sobre el cierre del libro de pases para que peleara el puesto con Agustín Rossi.



Aunque venía de romperla en el Grana, Sabandija era una apuesta más que costosa: casi cinco palos verdes más el pase de Guillermo Sara. Sin embargo, su propio nivel amortizó la inversión. Andrada se adueñó del arco desde el vamos y fue figura tanto con el Mellizo (12 partidos, nueve vallas invictas) como con Gustavo Alfaro (29 arcos en cero en 47 compromisos) y Miguel Russo, que ya empezó a disfrutarlo. Ahora sólo falta que levante la Copa.

Boca fue sin dudas su escalera a la fama. Sus tapadas se hicieron virales y Lionel Scaloni no dudó en citarlo a la Selección. Es más: el DT ya adelantó que el Flaco formará parte de los convocados del medio local de cara a los compromisos por Eliminatorias del 8/10 ante Ecuador y del 13/10 frente a Bolivia. Con Andrada -decía GBS-, Boca tiene arquero para diez años. Y si bien hay varios clubes de Europa que lo tienen en carpeta -y el mendocino manifestó públicamente sus ganas de emigrar-, su rendimiento no decayó y siguió siendo un bastión del equipo de Russo.



“Andrada está al nivel de Ter Stegen”, dijo hace poco más de un mes Esteban Pogany, ex arquero de Boca que conoce a Andrada de la época del Sub 20, cuando era entrenador de arqueros del cuerpo técnico de Walter Perazzo. “Ya está dentro de los arqueros históricos de Boca”, lo bancó en 2019 Córdoba, uno de los ídolos del 1 junto a José Luis Chilavert. “Me gusta Andrada porque tiene esqueleto de arquero y una tremenda velocidad de piernas y mental”, le tiró flores Gatti desde Madrid. El Mono tampoco anduvo con chiquitas: “Es el arquero más completo del país”. Y el Pato, que lo tuvo en Arsenal como ayudante de Martín Palermo, no dudó al elegirlo por sobre Franco Armani.

Para los delanteros rivales es cada vez es más difícil meterle un gol a Andrada. Más allá de su técnica con los pies y de la seguridad que transmite desde el fondo, las pelotas que van al arco casi nunca llegan a tocar la red. Sabandija recibió solo 35 goles en 68 partidos atajados con el buzo azul y oro. Un promedio (0,51) que, independientemente de la cantidad de partidos, dobla al de otros grandes referentes del arco de Boca: Roma 0,88 (292 goles en 331 encuentros), Gatti 1,13 (474 en 417), Navarro Montoya 0,92 (369 en 400), Córdoba 1,03 (167 en 162) y Abbondanzieri 0,99 (344 en 345).





Andrada es toda una garantía. Sin ir más lejos, en 43 de sus 68 partidos mantuvo el arco en cero y en 2019 batió el récord de imbatibilidad en Boca. Primero superó una vieja marca de Roma (868") y se convirtió en el arquero con la valla invicta más larga en toda la historia del club. Después se propuso quebrar una racha de Navarro Montoya de 1992 (825") ligada específicamente a encuentros por la liga argentina, y también la rompió. Y el 28/9 del año pasado dejó atrás las marcas de Carlos Barisio (de Ferro, 1.075") en el profesionalismo y de Marcos Croce (de Racing), con dos minutos más, teniendo en cuenta el período amateur. El Flaco estuvo 1.128" sin recibir goles, 863" de ellos por torneos locales.



Pasó más de un año y Andrada sigue siendo una muralla. En el 63% de los partidos no le metieron goles y sus atajadas cada día valen más. Para Boca, tenerlo bajo los tres palos no tiene precio.