Riquelme y Tevez, los dos jugaron para Boca

El valor de las acciones no alcanza para disimular conflictos si los hubo, si los hay o si los habrá. Y todos los movimientos que hacen los protagonistas de esta historia pueden verse, sin necesidad de malicia, como partidas de póker en las que andan espiando siempre los avatares de la coyuntura. La cuestión es que Riquelme ya le mandó una señal a Tevez y/o a su entorno para continuar en su futuro, tras su retiro, ligado a Boca.

No hace falta pararse de ningún lado para leer que la relación Román-Carlitos pasó, con el tiempo, por muchos humores, malentendidos, facturas vencidas y cortocircuitos innecesarios. Nunca se podrá determinar exactamente cuánto fue de un lado o del otro; lo cierto es que, con mirar los resultados, esta versión de Tevez es mejor para Boca, y para el mismo Apache, que la que ofrecía al equipo antes de que asumiera la nueva conducción del club.

Si uno reaccionó para “contestarle al otro” o si el otro actuó para hacerlo “reaccionar”, es imposible precisarlo. Pero a Román lo que es de Román y para Carlitos lo que es de Carlitos. Los méritos hay que repartirlos sin dudas. Que Tevez haya recuperado este gran nivel expone claramente que su versión anterior estaba lejos de lo que era para él posible. Y hasta en el análisis de cómo pudieron influir los entrenadores, aparece la mano de Riquelme con un técnico que podía remotivarlo.

El buen momento de Boca y de Tevez despierta que estas propuestas, o sondeos, tengan más lugar, y seguramente si la mano cambia abruptamente, puedan llegar a reflotarse asperezas. Lo concreto es que, así como Palermo lo hizo mejor jugador a Riquelme y Riquelme mejor goleador a Palermo, hoy Carlitos y Román se retroalimentan. Más tarde o más temprano, los dos salen a su cancha pero jugando con la misma camiseta.