¿Qué valor tiene la estrella 72 de Boca para los dirigentes, Battaglia y el plantel?

Y si bien se trata de una copa nacional, más allá del eterno debate que pareciera querer bajarle el precio, ocurre en un momento crucial para la institución y las tres patas responsables del éxito, en referencia a dirigencia, jugadores y técnico, saben que la repercusión es por demás importante.

Jorge Amor Ameal alcanzó su sexto título como Presidente, igualó a Daniel Angelici, y quedó cuarto en la historia de Boca Juniors solo por detrás de Mauricio Macri (16) , Alberto J. Armando (12) y Manlio Anastasi (9). Apenas lleva dos años y medio en este segundo ciclo, pero ya duplicó la cantidad de trofeos que consiguió en el primero. Si bien en esta etapa su rol del manejo del fútbol es secundario, esta vuelta olímpica le sirve para mejorar considerablemente la imagen de los hinchas sobre su figura política.

Riquelme continúa sumando éxitos en este nuevo rol de directivo. Llegó a 15 títulos en Boca con este cuarto que ganó como Vicepresidente. Además, ya superó a los tres que había conseguido Daniel Angelici en su primera etapa como Presidente del club. Ese triunfo de cara a la disputa política del 2023 ya le aporta mucho valor a Román. Pero esta estrella también tiene una participación directa suya que lo destaca, ya que la decisión de sostener a Sebastián Battaglia terminó siendo un acierto. Como cuando jugaba, el tener la cabeza fría para pensar le ha dado resultados positivos.

El Consejo de Fútbol también se revalidó con este título. El primer paso estuvo en la conformación del plantel, que con refuerzos de lujo como Darío Benedetto, Nicolás Figal, Guillermo Fernández y Óscar Romero, supieron aportarle al cuerpo técnico las herramientas para ganar la Copa de la Liga Profesional. Jorge Bermúdez y Raúl Cascini también fueron vitales al ser los voceros de una bajada de línea por parte del club a la hora de sostener el proyecto. Ellos públicamente se encargaron de sostener al DT cuando propios y extraños entendían que el ciclo estaba terminado. La confianza al técnico provocó que hoy todo Boca vive una fiesta.

Sebastián Battaglia supo responder a la presión de las críticas. En los peores momentos él se mostró confiado de su idea y en su capacidad. Esa mentalidad se sumó a su conocimiento del club, a la banca de la dirigencia y de un plantel que constantemente dio la cara por él. De a poco se fue viendo a un equipo sólido, al que costó hacerle goles, con mucho desequilibrio individual y que por momentos tuvo buen nivel de juego. A través del orden obtuvo resultados. Este título le trajo confianza y además le permite ser otra vez el máximo ganador de la historia de la institución con 18 trofeos, 16 como futbolista y 2 como entrenador.

Los referentes de Boca fueron esenciales para esta estrella. Agustín Rossi se coronó como el dueño del arco, como un especialista en los penales y hasta se animó a pedir una oportunidad para la selección. Carlos Zambrano logró romper con las miradas llenas de desconfianza y demostró por qué estuvo tantos años en Europa. Lo mismo pasó con Marcos Rojo, quien tuvo que luchar con la ausencia de Carlos Izquierdoz por lesión, y finalmente se transformó en el líder que fueron a buscar. Los regresos de Guillermo Fernández y Darío Benedetto le dieron al equipo la jerarquía que le faltaba al xeneize en el medio y en el ataque. Fabra terminó teniendo su mejor versión defensiva, sin perder su poderío ofensivo, y se consolidó como el tercer capitán. También hubo aportes importantes dentro, pero especialmente fuera de la cancha, de experimentados como Diego González y Javier García. En un equipo con muchos jugadores nuevos y juveniles, ellos son esenciales para lo que se viene. Este título confirma que el club tendrá que seguir construyendo a partir de ellos.