Salvio recargado: nuevos festejos con el sello de Dragon Ball

Eduardo Salvio tiene varias pasiones que van más allá (o no tanto) del ámbito del fútbol. Fanático de Boca y de Riquelme, el Toto también siente debilidad por su familia (lógico), por los videojuegos (múltiple campeón en las concentraciones, hasta tiene su propia línea de joysticks) y de Dragon Ball, una de las series de animé japonesas más famosas en todo el mundo a la que siempre tiene presente a la hora de festejar sus goles.


Ante Godoy Cruz, sin ir más lejos, el Toto volvió a celebrar sus gritos con gestos característico de los principales personajes de la saga: uno de Gukú y otro de Vegeta.






Con un par de apariciones clave en el epílogo del partido, Salvio resultó decisivo para que Boca pudiera vencer al Tomba y seguir a tres puntos de River. Primero sacó un sablazo de zurda que le rompió el arco a Rey y, un ratito más tarde, desde una posición similar, volver a vencer al arquero tras un desvío en un defensor. En ambos casos, el Toto se saludó con sus compañeros y enseguida ensayó los festejos que le había prometido a su hijo Valentino, también fana de Dragon Ball.




'Fueron por mi nene, que me pide hacer esos festejos. Si Dios quiere y sigo metiéndola, voy a poder seguir dedicándole goles', contó Salvio en Paso a Paso, por TyC Sports. El primero fue un Gendi-dama (Bomba de Energía), una técnica de combate ofensiva empleada por Gokú: el lanzamiento con los dos brazos en alto de una bola de energía que, en la mayoría de los capítulos, suele ser devastador para su oponente. ¿El segundo? El Bing Bang de Vegeta: el villano extiende su brazo, abre la palma de su mano y posiciona sus dedos hacia arriba para cargar y disparar también una esfera de energía.





Dragon Ball hizo su primera incursión en la televisión argentina en 1994 y sus capítulos aún pueden observarse en distintas señales de cable y, por supuesto, a través de Internet. Salvio, nacido en 1990, se hizo fana desde un principio, a punto tal de seguir la serie incluso en las concentraciones de sus equipos. Juntaba las figuritas y siempre trataba de ir a jugar a la casa de algún compañerito de la escuela o del club para no poderse ningún capítulo, ya que por cuestiones económicas, mamá Tota y papá Eduardo no tenían contratado el servicio de videocable.

Contra Godoy Cruz no fue la primera vez que Salvio recurrió a un ademán típico de la serie para celebrar un gol. El año pasado, después de marcarle a Aldosivi en la Bombonera, había emulado un Kame Hame Ha, el célebre ataque de Son Gokú. Y en la previa del primer chico ante River por la Copa, mientras intentaba recuperarse lo más pronto posible de una lesión muscular, alimentó su deseo de estar en el Monumental con una escena de Dragon Ball que reflejaba el presente que le tocaba atravesar: una imagen de Gokú dentro de la cápsula de recuperación.


Ojito con el Toto recargado...