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El presagio de Riquelme en Boca: las lesiones de Abila

El presagio de Riquelme en Boca: las lesiones de Abila
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¿Cuánto sabes de Riquelme?

Román tenía razón: el problema de Wanchope no son los goles, sino las veces que se lastimó.

En el Xeneize ya suma nueve, una cada ocho partidos. Por algo el vicepresidente quería otro delantero más...

Desde la estadística no hay mucho para discutirle. Ramón Abila es el futbolista con mejor promedio de gol en los últimos diez años del fútbol argentino (0,47). Y en Boca, pese a algún que otro bajón, estuvo a la altura de las circunstancias. Ganó dos campeonatos, le convirtió un gol a River en una final de Libertadores y jamás bajó los brazos cuando le tocó ser suplente de Darío Benedetto con Guillermo Barros Schelotto y de Franco Soldano con Miguel Angel Russo.

El problema de Wanchope siguen siendo sus lesiones, cuestión de la que Juan Román Riquelme ya había tomado nota y que lo impulsó a buscarle reemplazante en los últimos mercados de pases. Probó con Paolo Guerrero, Edinson Cavani, Silvio Romero, Guido Carrillo y Jonathan Calleri, pero ninguno de todos ellos aceptó y no quedó otra que prenderle velas al cordobés, otra vez sin éxito. Wancho arrastra un desgarro grado 2 en el recto anterior del muslo izquierdo y se perderá, como mínimo, el partido del jueves ante Libertad en Asunción y el del 24/9 con el DIM en Colombia. Tenía razón el 10.





Desde que arribó a Boca a fines del 2017, Abila sufrió nueve lesiones musculares. Un promedio de una cada ocho encuentros o, lo que es más preocupante aún, una cada cuatro si se contabilizan solamente sus partidos como titular. Y la gran mayoría se produjeron en momentos clave del equipo, cuando el Xeneize más lo necesitaba. En este caso, si bien Russo lo utilizó dos veces como titular en todo su ciclo (ante Caracas por Libertadores y frente a Godoy Cruz por la Copa Superliga), el cuerpo técnico lo veía muy metido en las prácticas y nadie descartaba que pudiera ganarse un lugar entre los 11.

El drama de Wanchope con las lesiones viene de larga data. Es más: a Boca llegó con un fuerte desgarro en el aductor izquierdo que lo obligó a suspender las vacaciones y entrenarse solo en Casa Amarilla para empezar la pretemporada a la par del grupo. Jugó seis partidos y se resintió poco después de la Supercopa 2018 ante River, aunque aprovechó un parate por fecha FIFA para ponerse a punto.

Ese mismo año tuvo que parar dos veces. En septiembre se le detectó una "lesión de grado 2" que lo mantuvo un mes alejado de las canchas y lo hizo perderse cinco partidos, entre ellos el clásico de la sexta fecha contra River, que terminó con triunfo del Millo 2-0 con goles del Pity Martínez y Scocco. La otra lesión fue antes de otro súper: nada menos que en la previa de la final de Madrid. No hubo parte médico, pero tampoco nadie lo negó. Wanchope, que había sido titular en la ida, arrancó en el banco y en los 60’ que jugó (parte del segundo tiempo más el alargue) se lo vio notablemente disminuido.

Con Gustavo Alfaro la mano no cambió. En marzo del 2019, tras una larga corrida frente a Banfield, Wanchope sintió un pinchazo en el aductor derecho y dos días después se confirmó que se trataba de un nuevo desgarro. Así, se perdió los cruces de la fase de grupos de la Copa con Paranaense y Jorge Wilstermann, además de un duelo con Aldosivi en el que Lechuga puso suplentes. Dos meses después, otro desgarro en el aductor, pero en este caso en la pierna izquierda, lo sacó del partido contra Vélez por la ida de los cuartos de final de la Copa Superliga: out de la revancha ante el Fortín y de los dos juegos con el Bicho por semis (al segundo fue al banco y no entró). Sí estuvo en la final contra Tigre, en la que ingresó 15’.

Pero la lesión más grave e insólita de todas la sufrió el 28/8 del 2019 ante Liga de Quito en la Bombonera. Pese a haber ganado 3-0 en la ida, Alfaro puso lo mejor en la revancha y el tiro le salió por la culata. Benedetto ya estaba en Francia y Wanchope, el 9 titular, padeció una avulsión parcial en el aductor derecho. En otras palabras, un arrancamiento parcial del tendón que le demandó un mes exacto de recuperación. Volvió contra Newell’s en la Bombonera (45’), reapareció desde el arranque en la semi de Copa contra River. ¡y se lesionó otra vez! Desgarro en el gemelo derecho y casi se pierde el desquite en el Templo.

Román acertó con el diagnóstico, pero ahora es demasiado tare para lamentos. Nueve sobre mojado.



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