La reflexión de Calamaro sobre el Boca-River

El partido es tan grande que no cabe en 90 minutos. Serán dos partidos. Boca Juniors, River Plate. River Plate, Boca Juniors. De la humildad barrial de La Boca, a la elegancia ‘millonaria’ de Núñez, la ciudad de Buenos Aires descuenta las horas para el choque de todos los tiempos. 'Será más grande que la final de un Mundial', dice Andrés Calamaro. El ‘Súper Clásico’ en un la final de la Copa Libertadores.

Argentina está preparándose para un encuentro que sacudirá los cimientos de su fútbol para siempre. Seis títulos para Boca. Tres para River. No importa. Esta final de la Copa Libertadores vale por todas. Nada menos que la posibilidad de ganarle al eterno rival el máximo título del fútbol mundial para cualquier club sudamericano.

Los compañeros de Partido a Partido han contado con la voz profunda de Andrés Calamaro. Él, outsider por antonomasia, habla con amor del fútbol, de los derbis y de las pasiones. Tan outsider que se confiesa hincha de ninguno de los dos equipos. “No estoy particularmente identificado con otros colores que no sean los de los ‘Diablos rojos’ del Barrio de Avellaneda, me confieso madridista y bético porque tengo ahí buenos amigos. Y del Cádiz por Mágico… Soy un iconoclasta del fútbol”, dice. “Que gane el mejor, o que gane el peor”, es su pronóstico para el partido.

No siendo hincha de ninguno de los dos equipos -es más, siendo seguidor del Rojo, de Independiente de Avellaneda, que tiene más Libertadores que ningún otro equipo en el continente-, Calamaro reconoce la grandeza del partido. “No soy hincha de River, ni de Boca, pero esta final es más grande que la de un Mundial”. Un partido que, además, le recuerda a las grandes rivalidades de los derbis más emblemáticos. “Estamos haciendo referencia a la gran rivalidad del fútbol de Buenos Aires. Tiene la potencia cultural de los derbis de la Liga Inglesa, Everton-Liverpool, los Manchester… Probablemente los clásicos en Italia se acerquen un poco a esta locura.”

En cuanto a su preferencia, tiene claro su reconocimiento a la grandeza de los dos equipos. “Tuve amistad con el entrenador de River, Marcelo Gallardo. Lo conocí en al que equipo que ganó la Libertadores, donde jugaba Francescoli, Germán Burgos. Pero me encanta también Boca. Lo que representa, lo que significa. Está el Boca de Riquelme. Riquelme trasciende los colores de Boca y River en Argentina, aunque es símbolo de Boca. Decir Riquelme es decir Iggy Pop o The Ramones.”
Andrés, además, se encuentra de camino a Buenos Aires en viaje de promoción de su nuevo disco. Reconoce que verá el partido por la tele, a menos que lo pasen por ‘pay per view’ en cuyo caso tal vez se le complique. Incluso no descarta acudir, si alguien lo invita, a La Bombonera para el que será el partido del siglo.

Sobre las rivalidades de esta índole, tiene claro que su posición está con los futbolistas. “Los futbolistas sienten los colores del equipo donde están jugando. El caso de Carragher, del Liverpool, que de niño había sido hincha del Everton, sin embargo, como un panqueque se dio vuelta para ser hincha del equipo donde jugó y se retiró. Y su familia adora el azul.”

Sobre esto, tiene su propia anécdota referente a un grandísimo del fútbol argentino. Nada menos que Gabriel Batistuta. “Una vez viajé en avión con el gran ‘súper crack’, Batistuta. Ídolo de la Fiorentina pero campeón del ‘Calcio’ con la Roma. Antes de eso, fue jugador de River y Boca. Le pregunté: Gabriel, ¿Batistuta es de Rivero o de Boca? Gabriel ya no era ni de River ni de Boca. Es un profesional, a su manera es un artista. Algo que trasciende al deporte.”