Boca espera a River: ¿por qué quiere otro Súper?

El que marcó el nuevo semblante de Boca con River fue Carlos Tevez. Justo el capitán, que el miércoles alentó desde afuera para que el equipo pudiera generar otro Súper cruce, fue quien picanteó tras el último 1-1 en la Bombonera: “Nos vamos calientes por el resultado. Se lo notó nervioso a River, nunca lo vi así”, dijo. Una revelación que tomó la temperatura interna y también la externa.

De hecho, varios históricos se alinearon detrás de ese concepto. Y esa sensación se mantiene inalterable, sobre todo después de la clasificación del equipo de Russo a los octavos de final de la Copa Argentina y la chance de volver a tener otro superclásico. “Si se da, bienvenido sea. Que vengan nomás. Estamos bien”, se escuchó ahora en las entrañas del predio de Ezeiza.

La lectura es simple: Boca quiere cruzarse con River. Quiere que el equipo de Gallardo elimine a Atlético Tucumán (juegan el 7/4) para verse las caras en octavos. Y quiere, ahí mismo, sacarse las ganas de vencerlo de una vez por todas, confirmar esta percepción grupal y general, esta confianza plena de que cada vez está más cerca de cortar la racha.

Ahora, claro, no le queda otra que esperar. Pero lejos de querer evitar el superclásico, de que otra Copa (ahora la Argentina) vuelva a instalar los fantasmas del pasado, esta vez el deseo del plantel es volver a encontrarse con el equipo de Gallardo y, así como le sacó los últimos dos títulos locales (en uno, directamente cabeza a cabeza hasta el final), buscará (si el Millo pasa, claro) dejarlo afuera de lo que podría ser el primer cruce entre ambos en la historia de esta competencia.

De hecho, más allá del 3 a 0 contra Defensores que valió la clasificación a octavos, en el cuerpo técnico y en el grupo estaban conformes por la forma (es decir, el juego) y porque habían roto de manera contundente con las especulaciones previas. ¿Cuáles? Las que señalaban que Russo no ponía todo en La Plata para evitar chocarse con River en octavos.

Una parte fue cierta: Miguel optó por una formación tan alternativa como rara (en la que cuidó a Tevez y sacó a Villa del banco), ante un rival que era mucho más peligroso que Claypole, de apenas una categoría menor (Defe juega en la Primera Nacional). Es decir, asumió un riesgo alto en proporción al potencial dispuesto en cancha.

Pero en la cancha, demostró que la otra especulación era errada: de entrada, el Xeneize buscó el triunfo, sacó ventaja rápido con el penal de Zárate y luego lo consolidó con un buen rendimiento colectivo y altos puntos individuales. “Y pensar que decían que no queríamos jugar con ellos. Tres metimos. Tres”, sacaron pecho puertas adentro.

En efecto, la manera en la que el equipo pasó a Defe, sin el sufrimiento con olor a crisis que se dio con Claypole, también fortaleció las ganas de volver a chocarse con el equipo del Muñeco. Hay, incluso entre los históricos xeneizes, una lectura de que la mano cambió. “A Boca se le fue el miedo a perder con River”, dijo el Flaco Schiavi el día después del 1-1.

Por eso, si bien es verdad que en los últimos años el Millo tuvo una marcada superioridad en los mata-mata, desde que llegó Russo y desde que Carlitos tomó nuevamente el liderazgo futbolístico y espiritual del equipo, se notó una actitud distinta en los cruces directos e indirectos. En el balance, no hubo derrotas en los superclásicos que se jugaron (2-2 en el que se disputó el 2 de enero por la Copa DAM y 1-1 en el que se jugó hace 11 días), el Xeneize mostró otra firmeza en el juego y está arriba dos títulos a cero a nivel torneo.

En el último choque, incluso, la estrategia de Russo descolocó a Gallardo. Al punto que Tevez terminó soltando el término “nervioso”, luego de ver también algunas reacciones del DT de River en el banco. “Si Carlitos dijo que lo vio así a River, es porque fue así. Yo lo conozco, él no miente”, acompañó el Beto Márcico la sensación. “Con Miguel los Boca-River son distintos, es otro Boca, con otra actitud”, completó el Ruso Ribolzi, otro referente del sentimiento popular xeneize, sobre este cambio de paradigma entre los gigantes del fútbol argentino.

Ahora, hay un nuevo Súper a la vuelta de la esquina. Y Boca lo espera, se prepara, lo desea. Sí, quiere un River replay.